La emocionante travesía de Zog



Había una vez un planeta llamado Tierra donde vivían muchas personas, animales y plantas.

Un día soleado, algo muy extraño sucedió: ¡todo el mundo en la Tierra saltó al mismo tiempo! Los niños saltaban en los parques, los adultos saltaban en sus trabajos y hasta los animales saltaban en el campo. La Tierra temblaba con tanta energía liberada por tantos saltos al unísono. -¡Qué divertido es saltar tan alto! -exclamaba Martina mientras brincaba en su jardín.

-¡Esto es genial! ¡Nunca había sentido tanta alegría al saltar! -decía Lucas mientras daba vueltas de felicidad. Pero de repente, un estruendo resonó por todo el planeta. La Tierra comenzó a temblar cada vez más fuerte hasta que finalmente...

¡explotó! Todos se vieron envueltos en una gran nube de polvo y escombros, flotando en el espacio. Pero para sorpresa de todos, no estaban solos. Una nave espacial gigante apareció frente a ellos.

-¡Hola habitantes de la Tierra! Soy Zog, el capitán de esta nave espacial. Hemos estado observando su planeta y hemos visto cuánta alegría tenían al saltar todos juntos.

Nos gustaría invitarlos a bordo para llevarlos a un nuevo hogar donde podrán seguir disfrutando juntos -dijo Zog con una sonrisa amigable. Todos se miraron sorprendidos pero emocionados ante la idea de embarcarse en esta aventura intergaláctica. -¡Vamos chicos, subamos a la nave y empecemos esta nueva etapa juntos! -exclamó Martina con entusiasmo.

Así, todos abordaron la nave espacial junto con Zog y emprendieron un viaje hacia un nuevo planeta lleno de posibilidades y aventuras por descubrir.

Aunque la Tierra hubiera explotado, habían encontrado una nueva oportunidad para seguir adelante gracias a su alegría y unidad. Y así fue como aprendieron que incluso en medio de las situaciones más inesperadas e inesperadas, siempre hay una luz de esperanza brillando si se mantienen unidos y positivos. Y colorín colorado este cuento intergaláctico ha terminado.

FIN.

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