La enfermera dormilona



En un pequeño y colorido pueblo llamado Soniaville, había una enfermera muy especial llamada Clara. Clara era conocida como 'la enfermera dormilona' porque siempre se quedaba dormida en su silla cuando debía estar atenta a los pacientes. A pesar de su sueño profundo, todos en Soniaville la querían mucho porque, cuando despertaba, siempre tenía algo maravilloso que compartir.

Un día, Clara estaba atendiendo a los pequeños en la clínica del pueblo. Todos los niños esperaban ansiosos su turno para ver a la enfermera. Se decía que después de cada consulta, Clara contaba historias mágicas. Pero, como siempre, Clara no pudo resistir el sueño y se quedó dormida.

Los niños comenzaron a murmurar entre ellos:

"¿Qué vamos a hacer? ¡No podemos quedarnos sin la historia de Clara!"

"No sé, ¡tal vez deberíamos intentar despertarla!" dijo Lucas, un niño muy ingenioso.

Y así fue como la pequeña Sofía decidió darle una idea a Lucas.

"¿Y si hacemos una obra de teatro para despertarla? ¡A ella le encantan esas cosas!"

Los niños se pusieron a trabajar en la obra y, mientras tanto, Clara aún soñaba con bellos paisajes, árboles de dulces y animales que hablaban.

Cuando los niños estuvieron listos, comenzaron a actuar. Hicieron ruidos divertidos y saltaron por todo el lugar:

"¡Oh, gran enfermera soñadora! Ven a ver nuestra obra, la más hermosa que hayas imaginado!"

Clara se movió en su sueño, pero no despertó. Entonces, los niños decidieron usar una música alegre para animarla aún más.

"¡Vamos, a cantar todos juntos!" exclamó Sofía, y comenzó a cantar una canción sobre flores y estrellas.

De repente, Clara abrió un ojo y vio a todos los niños sonriendo.

"¿Qué está pasando?" preguntó sorprendida.

Los niños gritaron al unísono:

"¡Te hemos traído una obra de teatro para despertarte!"

Clara sonrió y se estiró.

"¡Qué idea tan maravillosa! Me encanta que me hayan despertado de ese sueño tan lindo. ¡Cuenten, cuenten!"

Los niños comenzaron a contar su historia en la que un árbol gigante ayudaba a un pequeño pájaro a encontrar su camino. Clara los escuchó con alegría y, al terminar, los abrazó a todos.

"Me encanta cuando compartir historias nos hace sentir juntos. ¡Pero ustedes también me ayudaron a encontrar algo importante!"

"¿Qué fue, enfermera Clara?" preguntó Lucas.

"¡El valor de trabajar en equipo! Aunque soy yo quien cuida de ustedes, juntos somos mucho más fuertes. A veces, hasta los adultos necesitan un pequeño empujón, como me dieron hoy. "

Desde aquel día, los niños decidieron que cada semana harían una pequeña obra para Clara. Así, la enfermera dormilona no solo escuchaba historias, sino que también les enseñaba sobre la importancia de la amistad, la creatividad y el trabajo en equipo. Clara aprendió que, a veces, el mejor remedio son las risas y la alegría compartida.

Y así, en Soniaville, todos los días se llenaban de risas, sueños y cuentos gracias a Clara, la enfermera que podía quedarse dormida, pero que siempre despertaba justo a tiempo para compartir el amor por las historias.

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FIN.

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