La enfermera Martina y su clase de héroes


a la enfermera de la escuela. La enfermera, llamada Martina, llegó rápidamente a la clase y se encontró con el profesor desmayado en el suelo. Martina se arrodilló al lado del profesor y revisó sus signos vitales.

Luego de unos segundos, levantó la mirada hacia los estudiantes preocupados y les dijo: "Tranquilos chicos, voy a necesitar ayuda para llevar al profesor a la sala de enfermería". Los estudiantes asintieron nerviosos pero dispuestos a colaborar.

Juntos, cuidadosamente levantaron al profesor y lo llevaron hasta la sala de enfermería. Una vez allí, Martina comenzó a examinar más detenidamente al profesor. Tomó su pulso nuevamente y verificó que estuviese respirando correctamente.

Aunque no sabía exactamente qué le había pasado al profesor, decidió seguir los protocolos básicos de primeros auxilios. En ese momento, uno de los estudiantes llamado Juanito sugirió: "Señora Martina, mi mamá es médica. Podría llamarla para que venga a ayudarnos".

Martina sonrió y respondió: "Eso sería genial, Juanito. Por favor llama a tu mamá mientras yo sigo cuidando del profesor". Juanito corrió hacia el teléfono y marcó el número de su mamá.

Después de explicarle rápidamente lo que estaba sucediendo, ella prometió llegar lo más rápido posible. Mientras tanto, Martina continuaba realizando las acciones básicas recomendadas en casos como este; colocar al paciente en posición lateral de seguridad para evitar complicaciones respiratorias y mantener un ambiente tranquilo.

En ese momento, Martina recordó que en la sala de enfermería había un desfibrilador automático externo (DEA). Recordando sus clases de primeros auxilios, decidió utilizarlo para asegurarse de que el corazón del profesor estuviese funcionando correctamente.

Justo cuando estaba a punto de buscar el DEA, la puerta se abrió y entró corriendo la mamá de Juanito. Ella era una médica con experiencia en emergencias. La mamá de Juanito rápidamente evaluó al profesor y confirmó que su estado era estable.

Agradeció a Martina por seguir los procedimientos adecuados y por haber pensado en utilizar el DEA. Luego, explicó a los estudiantes que el profesor había sufrido un desmayo debido a una bajada momentánea de presión arterial.

Le recetaron algunos medicamentos para controlarla y le recomendaron descansar durante unos días. Los estudiantes se sintieron aliviados al escuchar las noticias. Todos juntos ayudaron a levantar al profesor y lo llevaron hasta su casa para descansar.

Después de este incidente, los estudiantes aprendieron sobre la importancia de saber qué hacer en casos de emergencia. Comenzaron a interesarse por aprender más sobre primeros auxilios y decidieron organizarse para recibir cursos básicos impartidos por Martina.

Desde aquel día, cada uno llevaba consigo una pequeña guía de primeros auxilios en caso de necesitarla. También hicieron carteles informativos para colgar en las paredes del colegio, recordándoles a todos cómo actuar ante situaciones inesperadas.

El profesor regresó después de unos días, agradecido por el apoyo de sus estudiantes y orgulloso de ver cómo habían aprendido a cuidar unos de otros. Juntos, continuaron con su lección del día, pero esta vez también incluyeron una charla sobre la importancia de saber reaccionar en casos de emergencia.

Y así, gracias a un incidente inesperado, todos los estudiantes aprendieron una valiosa lección que llevarían consigo durante toda su vida: siempre es importante estar preparados para ayudar a los demás en momentos difíciles. Fin.

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