La enfermeras del parque



Lara y Mitsuri eran dos amigas inseparables. Siempre estaban juntas en el colegio y en sus ratos libres. Un día, mientras caminaban por el parque, vieron a un grupo de niños jugando al fútbol.

- ¡Qué divertido se ve! -dijo Lara. - Sí, pero nunca he jugado al fútbol -respondió Mitsuri con tristeza. - No te preocupes, yo tampoco sé mucho del tema. Pero podemos intentarlo juntas -dijo Lara con una sonrisa.

Así que las dos amigas se acercaron al grupo de niños y les preguntaron si podían jugar con ellos. Los niños aceptaron encantados y les explicaron las reglas básicas del juego.

Al principio fue difícil para ellas entender cómo jugar, pero poco a poco fueron mejorando su técnica y divirtiéndose cada vez más. Incluso lograron hacer algunos goles. De repente, uno de los niños se torció un tobillo y no pudo seguir jugando. - ¿Qué hacemos ahora? -preguntó Mitsuri preocupada.

- Podemos llevarlo a la enfermería del parque para que lo revisen -sugirió Lara sin dudarlo. Las dos amigas ayudaron al niño lastimado a levantarse y lo llevaron hasta la enfermería del parque.

Allí lo atendieron rápidamente y le colocaron un vendaje en el tobillo lastimado. Mientras esperaban por el niño, vieron que había varios otros niños con pequeñas heridas o raspones.

Fue entonces cuando decidieron hacer algo bueno por los demás: ofrecerse como voluntarias para ayudar a los niños que se lastimaban mientras jugaban. Desde ese día, Lara y Mitsuri se convirtieron en las enfermeras del parque. Siempre llevaban consigo una pequeña caja de primeros auxilios y ayudaban a todos los niños que necesitaban atención médica.

Gracias a su buena acción, se hicieron muy populares en el parque y muchos niños querían jugar con ellas. Pero lo más importante para Lara y Mitsuri era la satisfacción de ayudar a los demás.

Así aprendieron que no importa cuán pequeñas sean tus habilidades o conocimientos, siempre puedes hacer algo bueno por los demás si tienes ganas de ayudar.

FIN.

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