La ensalada de Isa
Isa estaba muy emocionada por volver al jardín San Carlos después de las vacaciones. Extrañaba mucho a sus amigos y tenía muchas ganas de verlos de nuevo.
Cuando llegó al jardín, corrió hacia la sala donde se encontraban sus amigos. Al entrar, vio que todos estaban jugando felices y se sintió muy contenta. - ¡Hola chicos! ¡Qué felicidad verlos de nuevo! -exclamó Isa. - ¡Isa! ¡Qué bueno que volviste! -dijo Pali con una gran sonrisa.
- Sí, te extrañamos mucho -agregó Bianca mientras le daba un abrazo cálido. Los tres amigos pasaron toda la mañana jugando juntos y contándose todo lo que habían hecho durante las vacaciones.
Pero cuando llegó el mediodía, los padres de Pali invitaron a todos a un asado en su casa. - ¿Quieren venir al asado? Mi papá va a hacer unas hamburguesas riquísimas -invitó Pali emocionada. - ¡Síiii! Yo quiero ir -respondió Isa sin dudarlo.
Bianca también aceptó la invitación y los tres amigos fueron caminando hasta la casa de Pali. Cuando llegaron, el olor del asado los hizo salivar y se acercaron rápidamente para ayudar en lo que pudieran.
Pero cuando las hamburguesas estuvieron listas, ocurrió algo inesperado: Bianca no quería comerlas porque ella era vegetariana desde hacía unos meses atrás. - No puedo comer carne, chicos. Me hace mal -explicó Bianca tristemente mientras veía cómo los demás disfrutaban sus hamburguesas.
- ¡Qué lástima! ¿Y ahora qué vas a hacer? -preguntó Pali preocupada. Isa, que siempre había sido muy creativa e ingeniosa, tuvo una idea brillante.
Recordó que en su casa habían preparado una ensalada de lentejas con vegetales y se le ocurrió compartir esa comida con sus amigos. - Esperen un momento, chicos. Yo tengo algo para compartir -dijo Isa mientras sacaba la ensaladera de su mochila.
Los ojos de Bianca se iluminaron al ver la deliciosa ensalada y rápidamente todos empezaron a servirse un poco en sus platos. Para sorpresa de todos, incluso los padres de Pali probaron la ensalada y les encantó. - Wow, Isa.
Esta ensalada está riquísima -elogió Pali después de darle un mordisco a su hamburguesa y luego probar la ensalada. Bianca también estaba feliz porque ahora podía comer algo rico sin tener que romper su dieta vegetariana. Y así, los tres amigos disfrutaron juntos del asado con diferentes opciones pero igualmente deliciosas.
La moraleja de esta historia es que siempre hay soluciones creativas e innovadoras para resolver problemas cotidianos. Además, es importante respetar las decisiones alimenticias o cualquier otra decisión personal que puedan tomar nuestros amigos o seres queridos.
FIN.