La escalera de la diversidad cultural



Había una vez un pequeño antropólogo llamado Lewis que siempre estaba fascinado por la evolución social de las diferentes culturas.

Desde muy temprana edad, Lewis había aprendido sobre la teoría de la escalera evolutiva, que clasificaba a las sociedades desde lo más salvaje y bárbaro hasta lo más civilizado. Un día, mientras exploraba en su imaginación, Lewis se encontró con una misteriosa escalera gigante en medio de la selva.

Intrigado, decidió subir los peldaños para ver adónde lo llevarían. Cada escalón tenía inscrita una palabra: —"salvaje" , "bárbaro" y —"civilizado" . Con entusiasmo, Lewis comenzó a subir la escalera. Al llegar al primer peldaño, se encontró con un grupo de monos jugando entre los árboles.

Se acercó a ellos y les preguntó: "-¿Qué hacen aquí?". Los monos respondieron riendo: "-Somos seres salvajes y vivimos en armonía con la naturaleza". Lewis sonrió y siguió subiendo hacia el siguiente peldaño.

Allí se encontró con un grupo de guerreros que estaban practicando sus habilidades de lucha. Nuevamente les preguntó: "-¿Por qué están aquí?". Los guerreros respondieron orgullosos: "-Somos bárbaros valientes y protegemos nuestro territorio".

Impresionado por su fuerza y determinación, Lewis continuó ascendiendo hacia el último peldaño. Al llegar allí, vio a un grupo de personas vestidas elegantemente leyendo libros y debatiendo ideas filosóficas. Les preguntó: "-¿Qué los trae aquí?".

Los intelectuales respondieron con calma: "-Somos personas civilizadas que valoramos el conocimiento y buscamos la paz en nuestras sociedades". Lewis, emocionado por haber llegado al último peldaño de la escalera evolutiva, decidió regresar a la base para compartir su experiencia con el mundo.

Pero cuando bajaba, se dio cuenta de que cada peldaño de la escalera estaba unido a una cuerda invisible. Intrigado, Lewis siguió las cuerdas hasta descubrir que todas ellas llevaban a un punto central en la selva.

Al llegar allí, se encontró con una sorpresa: había un grupo de personas de diferentes culturas reunidas y compartiendo sus conocimientos y habilidades. Asombrado por esta revelación, Lewis comprendió que no existía una única forma —"superior"  de sociedad. Cada cultura tenía algo valioso para ofrecer y aprender del resto.

Decidió dedicar su vida a promover el respeto mutuo y la diversidad cultural.

Desde ese día en adelante, Lewis viajó por todo el mundo enseñando a niños y adultos sobre la importancia de valorar todas las culturas sin juzgarlas según una escala evolutiva. Su historia inspiradora nos recuerda que todos somos parte de una gran familia humana donde todos tenemos algo único para compartir.

Y así termina nuestra historia, recordándonos que cada uno tiene su propio camino en esta vida y debemos celebrar nuestras diferencias mientras aprendemos unos de otros.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!