La escalera hacia el cielo


Había una vez un niño llamado Jesús que vivía en un pequeño pueblo rodeado de montañas. Él era muy curioso y siempre estaba buscando nuevas aventuras para emocionarse.

Un día, mientras caminaba por el bosque, Jesús encontró una escalera gigante que parecía llevar al cielo. Sin pensarlo dos veces, comenzó a subir los peldaños uno por uno, sin saber lo que le esperaba.

Al llegar a la cima de la escalera, Jesús se encontró con un ángel que lo recibió con una sonrisa amable. - Hola Jesús -dijo el ángel-. Bienvenido al cielo. Jesús estaba sorprendido y emocionado al mismo tiempo. Nunca había estado en el cielo antes y todo parecía tan hermoso e impresionante.

- ¿Qué puedo hacer aquí? -preguntó Jesús al ángel. - Puedes hacer muchas cosas -respondió el ángel-. Puedes cantar con los coros celestiales, jugar con otros niños del cielo o simplemente disfrutar de las vistas desde arriba.

Jesús decidió explorar el cielo y ver todo lo que podía encontrar. Se divirtió mucho jugando con otros niños y viendo las maravillas del lugar celestial.

Sin embargo, después de un tiempo, comenzó a extrañar su hogar en la Tierra y quería volver a casa. Le preguntó al ángel cómo podía hacerlo y este le dijo:- Solo tienes que bajar la escalera otra vez.

Pero recuerda: si alguna vez necesitas volver al cielo, solo tienes que subir esta escalera otra vez. Jesús bajó la escalera y regresó a su pueblo, donde contó su increíble aventura a todos sus amigos y familiares. Desde ese día en adelante, Jesús nunca olvidaría su viaje al cielo.

Siempre recordaría que hay un lugar hermoso donde puede ir si alguna vez necesita escapar de los problemas del mundo terrenal. Y así, Jesús aprendió que siempre hay aventuras esperándolo si tiene el coraje de buscarlas.

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