La escalera y el amigo caído



En una pequeña ciudad, vivía una escalera muy curiosa llamada Estela. Estela siempre estaba lista para ayudar a cualquiera que necesitara subir o bajar de un lugar alto. Un día, mientras descansaba apoyada en una pared, vio a un tipo llamado Lucas que había tropezado y caído al suelo. Estela se acercó rápidamente y le preguntó: "¿Estás bien, Lucas?"

"Sí, solo me torcí el tobillo. Gracias por preocuparte, Estela", respondió Lucas con una mueca de dolor. Estela no dudó en ayudar a su amigo. Con mucho esfuerzo, se transformó en una rampa suave para que Lucas pudiera ser llevado en su silla de ruedas.

A medida que pasaban los días, Estela visitaba a Lucas para ayudarlo a superar los obstáculos diarios. Se convirtieron en grandes amigos, compartiendo risas y conversaciones. Un día, Lucas le dijo a Estela: "Ojalá pudiera encontrar una manera de agradecerte por todo lo que has hecho por mí".

Estela sonrió y dijo: "Tengo una idea, ¿por qué no organizamos un evento en el parque y recaudamos fondos para construir rampas para personas con discapacidades?" Lucas asintió emocionado.

Juntos, trabajaron duro para organizar el evento. Invitaron a toda la ciudad y explicaron su causa. La gente se conmovió por su historia y donó generosamente. Finalmente, lograron recaudar suficiente dinero para construir rampas en lugares públicos.

La noticia se extendió rápidamente y fueron invitados a dar entrevistas en la televisión local. Gracias a su esfuerzo, lograron sensibilizar a la comunidad y hacerla más inclusiva para personas con discapacidades.

Desde ese día, Estela y Lucas se convirtieron en modelos a seguir en su ciudad, recordándoles a todos que la amistad y la solidaridad pueden crear un mundo mejor para todos.

FIN.

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