La escuela de la esperanza



Había una vez, en un lejano pueblo de la costa del Perú, un grupo de esclavos africanos que habían llegado en barco después de un largo y difícil viaje.

Entre ellos se encontraba Kofi, un joven valiente y con mucha determinación. Desde el primer día, los esclavos fueron asignados a trabajar en las plantaciones de caña de azúcar, bajo la mirada severa del capataz.

Las jornadas eran largas y agotadoras, pero Kofi siempre mantenía la esperanza en su corazón. Un día, mientras trabajaban en el campo, Kofi escuchó a lo lejos sobre una cueva misteriosa donde se decía que habitaba un espíritu bondadoso que concedía deseos a aquellos que fueran dignos.

Sin dudarlo, decidió escaparse durante la noche para buscar esta cueva y pedir ayuda. Caminó sin descanso hasta encontrar la cueva escondida entre las rocas.

Al entrar, se encontró con una luz brillante que iluminaba todo el lugar y pudo ver a un anciano sabio sentado en el suelo. "¿Quién eres tú, joven viajero?", preguntó el anciano con voz serena. "Soy Kofi, un esclavo africano en busca de liberación para mi gente", respondió Kofi con determinación.

El anciano sonrió y le dijo a Kofi que debía superar tres pruebas para obtener su deseo. La primera prueba consistía en demostrar su valentía enfrentando a una fiera salvaje que acechaba la cueva.

Sin dudarlo, Kofi aceptó el reto y logró ahuyentar al animal con astucia y coraje. La segunda prueba era encontrar una flor rara que solo crecía en lo alto de una montaña escarpada. A pesar del peligro, Kofi escaló la montaña con determinación y finalmente encontró la preciada flor.

Para la tercera prueba, el anciano le pidió a Kofi regresar al pueblo sin revelar su identidad ni contar sobre las pruebas superadas. Una vez allí, debía convencer al capataz de permitirle enseñarles a leer y escribir a los demás esclavos.

Kofi regresó al pueblo cumpliendo cada paso al pie de la letra. Con paciencia y astucia logró ganarse la confianza del capataz quien finalmente accedió a permitirle enseñarles a sus compañeros.

Con el tiempo, gracias al esfuerzo conjunto de los esclavos africanos guiados por Kofi lograron obtener su libertad e incluso fundaron una pequeña escuela donde todos podían aprender juntos.

Y así fue como aquellos esclavos africanos encontraron no solo su libertad física sino también mental gracias al coraje y determinación de un joven llamado Kofi que nunca perdió la esperanza en un futuro mejor para todos.

FIN.

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