La escuela de los animales sabios
Había una vez un niño llamado Lucas que tenía un perro muy especial llamado Toby.
Una noche, mientras miraba las estrellas desde su ventana, a Lucas se le ocurrió llevar a Toby a una escuela de animales que había escuchado hablar en sus sueños. Al día siguiente, Lucas tomó a Toby y juntos salieron en busca de la misteriosa escuela de animales.
Después de caminar un buen rato, encontraron un hermoso edificio rodeado de árboles y flores donde todos los animales del bosque se reunían para aprender.
Al entrar, se encontraron con un gusano, un pulpo, un conejo, un pájaro, una vaca, una cabra y una jirafa que estaban teniendo una interesante conversación sobre los derechos a la educación. Lucas no podía creer lo que veía: ¡los animales hablaban y discutían como si fueran personas!"¡Bienvenidos! ¿Cómo podemos ayudarte hoy?", dijo la jirafa con amabilidad.
Lucas explicó que quería que Toby también recibiera educación en esa maravillosa escuela. Los animales aceptaron encantados y comenzaron a enseñarle a Toby todo lo que sabían.
El gusano le enseñó matemáticas usando manzanas como ejemplos; el pulpo le mostró cómo resolver problemas con sus múltiples tentáculos; el conejo le dio clases de historia contando anécdotas del bosque; el pájaro le enseñó geografía recordando sus viajes migratorios; la vaca y la cabra le dieron clases de ciencias explicándole cómo producen leche; y la jirafa compartió su sabiduría sobre arte y literatura.
Toby estaba fascinado con todo lo que aprendía en la escuela de animales. Además, durante los recreos disfrutaba jugando con sus nuevos amigos del bosque.
Pero lo mejor de todo eran las divertidas charlas después de clase donde contaban chistes y anécdotas graciosas. Un día, mientras paseaban por el bosque después de clases, se encontraron con un zorro travieso que intentaba robar las frutas del huerto escolar.
Sin pensarlo dos veces, Toby actuó rápido y alertó a los demás animales para detener al intruso. "¡Gracias por salvar nuestras frutas!", exclamaron todos los animales emocionados. A partir de ese día, Toby se convirtió en el héroe del bosque y fue admirado por su valentía y astucia.
La directora de la escuela decidió otorgarle un diploma honorífico por su acto heroico.
Lucas estaba orgulloso de su fiel amigo Toby y feliz de verlo crecer no solo físicamente sino también intelectualmente gracias a la educación recibida en la escuela de animales. Juntos regresaban cada tarde al hogar sabiendo que habían vivido una experiencia única e inolvidable.
Y así concluye esta historia donde queda demostrado que todos tienen derecho a recibir educación sin importar su especie o apariencia exterior. Porque en el mundo mágico del bosque, aprender es divertido cuando se comparte con amor y respeto entre amigos animals e inolvidables como Toby.
FIN.