La Escuela de los Extraños
En un planeta lejano llamado Zorblaxia, había una escuela muy peculiar donde todos los estudiantes eran un poco... diferentes. Allí, los niños no solo aprendían matemáticas y ciencias, sino que también tenían que superar desafíos únicos.
Un día, el profesor Gorgo, un maestro con dos cabezas que siempre tenía opiniones distintas, anunció un nuevo desafío: "Hoy, aprenderemos sobre la amistad a través del juego. Tendrán que formar equipos con alguien que sea completamente diferente a ustedes. Así que, ¡a jugar!"
Los estudiantes, emocionados pero un poco nerviosos, comenzaron a buscar compañeros. Entre ellos estaban Lila, una niña con alas coloridas, Bloop, un extraterrestre que podía cambiar de forma, y Kiko, un chico que podía comunicarse con los animales.
Lila se acercó a Bloop.
"Hola, ¿quieres ser mi compañero?"
"¿Eso no es un poco arriesgado? Yo puedo convertirme en un pájaro, y vos tenés alas. Tal vez volar juntos no sea tan divertido".
"¿Y si hacemos una competencia de vuelo? ¡Podemos demostrar que volar juntos es genial!"
Mientras tanto, Kiko intentaba encontrar un compañero. Estaba considerando trabajar con Glorp, un amigo que podía hacer burbujas de varios tamaños.
"Che Glorp, ¿querés ser mi compañero?"
"Pero Kiko, no tengo patas, solo burbujas. ¿Qué podríamos hacer juntos?"
"Podemos ayudar a los animales a cruzar el patio de la escuela volando en tus burbujas. ¡Va a ser divertido!"
Finalmente, los equipos se formaron y cada grupo comenzó a trabajar en su desafío. Sin embargo, algo inesperado sucedió: Bloop, mientras intentaba convertirse en un avión para volar, se transformó en una enorme alfombra mágica.
"¡Oh no! Esto no era lo que quería hacer" - gritó, mientras Lila se atrevía a subirse a la alfombra.
"¡Vamos! Esto podría ser divertido!"
Mientras surcaban los cielos de Zorblaxia, los demás estudiantes miraban con asombro. Kiko y Glorp usaron las burbujas de Glorp para llevar a varios animales asustados a un lugar seguro, el claro del jardín.
"Mirá, Kiko. ¡Estamos ayudando!"
"Sí, y divirtiéndonos al mismo tiempo".
Pero el verdadero desafío llegó cuando la alfombra de Bloop comenzó a perder altura y casi se estrelló.
"¡Ayuda! No sé cómo bajar sin estrellarme!" - dijo Bloop, espantado.
"¡Agárrate de las alas, Lila! ¡Y usa tus poderes!"
"Voy a intentar hacer un remolino con mis alas para que podamos descender suavemente".
Con valentía, Lila agitó sus alas brillantes y creó un remolino de aire que hizo que la alfombra descendiera suavemente. Aterrizaron en el jardín justo al lado del claro.
"¡Lo hicimos!" - exclamó Bloop, aliviado.
"¡Fue increíble!" - dijo Lila, sonriendo.
Los demás estudiantes aplaudieron y se reunieron alrededor.
"¿Vieron cómo los diferentes trabajaron juntos?" - dijo Kiko.
"Sí! A veces, lo diferente puede ser lo más divertido" - agregó Glorp, inflando sus burbujas de colores.
Finalmente, Gorgo se acercó y dijo:
"Este fue un gran ejemplo de que, aunque seamos diferentes, cuando trabajamos juntos, podemos lograr cosas maravillosas".
Así fue como todos aprendieron que la verdadera amistad no se trata de ser iguales, sino de celebrar las diferencias y encontrar la forma de colaborar. Desde aquel día, la Escuela de los Extraños se llenó de risas, creatividad y muchos desafíos por venir, pero siempre recordando que, juntos, todo era posible.
FIN.