La escuela del espíritu liberado
Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, una escuela abandonada que se decía estaba embrujada. Los vecinos contaban historias de extraños ruidos y luces que se veían durante la noche.
Pero un día, tres valientes amigos decidieron explorarla: el perro Pipo, el gato Luna y la oveja Blanquita. Los tres amigos entraron temerosos a la escuela y pronto descubrieron que algo misterioso sucedía allí.
Encontraron un lápiz que escribía solo en un cuaderno viejo, un borrador que se movía por sí solo y unos libros de texto llenos de polvo. "¡Qué extraño es todo esto!" -dijo Pipo con voz temblorosa. "Sí, pero no podemos rendirnos ahora" -respondió Luna decidida.
"Tenemos que descubrir qué está pasando aquí" -añadió Blanquita con valentía. Mientras exploraban el lugar, los amigos encontraron una habitación llena de sandías podridas que parecían tener vida propia.
De repente, las sandías comenzaron a rodar hacia ellos, pero rápidamente Blanquita las detuvo con sus fuertes patas. "¡Gracias por salvarnos, Blanquita!" -exclamó Luna aliviada. "No hay problema, amigos. Juntos podemos enfrentar cualquier desafío" -dijo Blanquita sonriendo.
Continuaron su recorrido por la escuela embrujada y llegaron a la biblioteca donde encontraron montones de tomates lanzándose unos a otros como si jugaran. Rápidamente Pipo agarró un lápiz y dibujó una puerta en una pared para escapar de los tomates traviesos.
Finalmente, llegaron al patio trasero donde vieron campos de trigo oscuro moviéndose sin viento alguno. Decidieron investigar y descubrieron que el trigo estaba encantado por un espíritu amigable que quería mostrarles algo importante.
El espíritu les contó sobre la historia olvidada de la escuela y cómo había sido abandonada injustamente años atrás. Los tres amigos entendieron entonces que debían ayudar a liberar al espíritu para devolverle la paz al lugar.
Uniendo fuerzas y utilizando sus habilidades únicas, Pipo marcaba caminos con el lápiz encantado, Luna borraba obstáculos invisibles con el borrador mágico y Blanquita llevaba consuelo a los corazones afligidos del pasado con su ternura ovejuna.
Finalmente lograron liberar al espíritu atrapado en la escuela embrujada quien les agradeció profundamente antes de desaparecer en una luz brillante. La escuela volvió a ser lo que alguna vez fue: un lugar lleno de aprendizaje e historias felices gracias a la valentía y amistad de estos increíbles amigos animales.
Y así termina nuestra historia con Pipo el perro intrépido, Luna el gato audaz y Blanquita la oveja compasiva quienes demostraron que juntos siempre es posible superar cualquier adversidad ¡Incluso si se trata de una escuela embrujada!
FIN.