La Escuela Lunar y el Perro del Espacio
En lo más profundo del espacio, existía un lugar mágico y encantador al que llegaban niños de todos los rincones del universo: La Escuela Lunar, situada en un brillante cráter de la luna. Entre ellos, un día llegó ISA, una niña curiosa y valiente del planeta Tierra.
Desde que pisó la luna, ISA se maravilló con todo lo que veía. Flotando entre cráteres y montañas de polvo lunar, conoció a sus nuevos compañeros de clase: el ingenioso ZORRO de un planeta lejano que hablaba con los cometas, y la dulce LUNA, una niña de cristal que reflejaba todas las imágenes del universo.
"Hola, soy ISA. ¿Qué aprendemos aquí?" - preguntó emocionada.
"¡De todo! ¡Desde matemáticas estelares hasta biología cósmica!" - exclamó ZORRO, con sus brillos en los ojos.
La primera lección del día fue sobre las estrellas. El maestro, un viejo astronauta llamado PROFESOR TANGO, se presentó ante la clase.
"¡Bienvenidos a La Escuela Lunar! Hoy aprenderemos sobre las constelaciones. ¡Quiero que me digan, cuál es su estrella favorita!"
ISA, en su entusiasmo, levantó la mano.
"¡A mí me encanta Sirius! Es la más brillante del cielo nocturno."
"Excelente elección, ISA. ¡Sirius nos guiará en la próxima aventura!" - afirmó el PROFESOR TANGO con una sonrisa.
Un día, mientras exploraban el jardín de la escuela, ISA encontró a un perro espacial perdido.
"¡Miren! ¿Qué hace un perro aquí?" - preguntó, admirando al pequeño perro que flotaba en el aire como si fuera de un planeta diferente.
"Se ve triste. Debemos ayudarlo." - sugirió LUNA, preocupada.
Los tres amigos se acercaron al perro, que llevaba un collar que decía —"COSMO" .
"¡Hola, Cosmo! ¿Te perdiste?" - le dijo ISA acariciando su suave pelaje.
El perro movió la cola y un rayo de luz emitió de su collar.
"¿Podés hablarnos?" - preguntó emocionado ZORRO.
- “Sí, soy el guardián de las estrellas, pero me separé de mis amigos durante una tormenta espacial. Estoy perdido.” - respondió Cosmo con voz melodiosa.
ISA no podía permitir que Cosmo siguiera solo. Junto a sus amigos, decidieron ayudarlo a encontrar a su familia.
"Nosotros sabemos mucho sobre el universo. ¡Te ayudaré a encontrar a tus amigos!" - aseguró ISA, decidida.
Con el mapa estelar proporcionado por el PROFESOR TANGO y la ayuda de cositas flotantes de LUNA, el grupo emprendió su búsqueda. Saltaron de estrella en estrella, encontrando a seres curiosos, como un gato que hacía pasteles de meteoritos y un pez que nadaba por el espacio.
Después de varios intentos fallidos, llegaron a la constelación de Los Perros Saltarines, donde encontraron a los amigos de Cosmo.
"¡Cosmo! ¡Pensamos que no volverías!" - gritaron los otros perros al verlo.
ISA, ZORRO y LUNA sonrieron al ver la felicidad de Cosmo y de sus amigos.
"¡Qué alegría!" - dijo ISA.
"¿Qué podemos hacer para agradecerles?" - preguntó uno de los perros.
"Podemos tener una fiesta galáctica para celebrar la amistad y las aventuras que vivimos juntos. ¡Así nunca nos olvidaremos!" - sugirió ZORRO.
Y así fue, todos los perros del espacio organizaron una gran fiesta con música de estrellas y platillos cósmicos. ISA se sintió muy feliz de haber ayudado a su nuevo amigo, y descubrió que la verdadera magia del universo reside en la amistad y la valentía de ayudar a los demás.
Desde ese día, ISA se convirtió en una heroína en la Escuela Lunar. Cada vez que miraba al cielo, sabía que partió en una aventura increíble, y que en el vasto universo siempre habría un lugar donde los amigos se encontraran nuevamente, para seguir aprendiendo y soñando juntos sobre las maravillas del espacio.
FIN.