La escuela mágica de Katyana



Había una vez una niña llamada Katyana. Ella había perdido a sus padres y no tenía a nadie que la cuidara. Sin un lugar para vivir, decidió buscar refugio en una vieja escuela abandonada.

No tenía muchas esperanzas de encontrar algo interesante allí, pero estaba desesperada. Cuando Katyana entró en la escuela, se sorprendió al ver que aún quedaban algunos libros y juguetes olvidados en las aulas vacías.

Decidió explorar cada rincón del edificio para encontrar un lugar donde poder dormir. Mientras caminaba por los pasillos oscuros y polvorientos, notó una puerta entreabierta al final del corredor.

Katyana empujó con cautela la puerta y se encontró con una biblioteca llena de estanterías altas llenas de libros coloridos. Sus ojos se iluminaron de alegría al ver tantas historias emocionantes que podría leer. Se acercó a uno de los estantes y tomó un libro titulado "El Mundo Encantado".

Al abrir el libro, Katyana fue transportada inmediatamente a un mundo mágico lleno de criaturas fantásticas y paisajes hermosos. Se encontraba en medio de un bosque encantado rodeado de hadas brillantes y animales parlantes.

Un conejo blanco llamado Blanquito se le acercó y dijo: "¡Hola! Veo que has encontrado nuestro mundo secreto escondido dentro de esta antigua escuela abandonada". Katyana estaba asombrada y emocionada al mismo tiempo. Nunca había imaginado que dentro de ese edificio solitario existiera un lugar tan maravilloso.

Blanquito le explicó que la escuela había sido construida sobre una antigua fuente de magia, y por eso el mundo mágico había quedado atrapado allí. Katyana decidió explorar este nuevo mundo y hacer nuevos amigos.

Conoció a un hada llamada Lucía, quien le enseñó a volar con sus alas brillantes. También se encontró con un duende travieso llamado Travesuras, quien siempre estaba jugando bromas alegres.

A medida que Katyana pasaba más tiempo en el mundo encantado, aprendía cosas nuevas cada día. Aprendió sobre la importancia de cuidar el medio ambiente y cómo proteger la naturaleza para mantenerla hermosa y llena de vida. También descubrió su talento para ayudar a los demás.

Se convirtió en amiga de los animales del bosque y les brindaba comida y refugio cuando lo necesitaban. Ayudaba a las hadas a reparar sus casitas y jugaba juegos divertidos con los duendes.

Un día, mientras exploraba una cueva oculta, Katyana encontró un cofre lleno de tesoros mágicos. Había una pulsera que concedía deseos y una varita mágica capaz de realizar cualquier hechizo imaginario. Katyana sabía que estos objetos tenían mucho poder, pero también sabía que no debían ser utilizados egoístamente ni para hacer daño.

Decidió usarlos solo en situaciones especiales donde pudieran traer alegría y felicidad a todos. Con el tiempo, Katyana se dio cuenta de que aunque había estado sola al principio, ahora tenía una familia en el mundo encantado.

Todos la querían y se preocupaban por ella, y ella también los amaba profundamente. Un día, Katyana decidió compartir su maravilloso descubrimiento con otros niños que necesitaban un lugar para vivir.

Les abrió las puertas de la escuela abandonada y les mostró el increíble mundo mágico que se encontraba dentro. A partir de ese día, la escuela abandonada se convirtió en un refugio para todos los niños sin hogar.

Cada uno de ellos encontró alegría y esperanza en el mundo encantado, así como Katyana lo había hecho. Y así, Katyana aprendió que incluso en los momentos más oscuros de nuestras vidas, siempre hay algo maravilloso esperándonos si tenemos fe y no dejamos de buscarlo.

FIN.

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