La esencia de la amistad



Fernanda era una niña de 12 años que siempre estaba preocupada por cómo se veía. Pasaba horas frente al espejo arreglándose el cabello, poniéndose maquillaje y eligiendo la ropa perfecta para lucir en el colegio.

Siempre quería ser el centro de atención y recibir halagos de sus compañeros. Un día, mientras Fernanda caminaba por los pasillos del colegio, escuchó un murmullo entre sus compañeros.

Todos estaban hablando sobre Andrés y Naomi, dos nuevos estudiantes que se habían mudado recientemente al barrio. Al parecer, eran muy talentosos y populares. Intrigada por lo que había escuchado, Fernanda decidió acercarse a ellos durante el recreo para conocerlos mejor.

Cuando llegó al patio, vio a Andrés dibujando hermosos paisajes en su cuaderno y a Naomi bailando con gracia al ritmo de la música que salía de sus auriculares. -¡Hola! Soy Fernanda -se presentó con una sonrisa-. He oído hablar mucho sobre ustedes.

¿Les gustaría ser amigos? Andrés levantó la mirada del papel y sonrió amablemente:-¡Claro! Será genial tener una nueva amiga como tú. Naomi asintió entusiasmada:-Sí, además podrás ver mis bailes increíbles. Desde ese día, Fernanda comenzó a pasar más tiempo con Andrés y Naomi.

A medida que los conocía mejor, se dio cuenta de lo talentosos que eran y lo poco presumidos que resultaron ser. Una tarde soleada, los tres decidieron ir al parque juntos.

Mientras caminaban, Fernanda se dio cuenta de que la gente no dejaba de mirar a Naomi. Ella era una niña con discapacidad física y utilizaba muletas para moverse. -¿Por qué todos nos miran tanto? -preguntó Fernanda, confundida.

Andrés explicó:-La gente suele sorprenderse al ver a alguien como Naomi haciendo cosas increíbles. A pesar de su discapacidad, ella nunca deja que eso la detenga. Fernanda quedó impresionada por las palabras de Andrés y comenzó a observar más detenidamente a Naomi.

Vio cómo saltaba y bailaba con tanta gracia, sin importarle sus dificultades físicas. Eso le hizo reflexionar sobre su propia actitud presumida. A partir de ese momento, Fernanda decidió cambiar.

Comenzó a valorar más las habilidades y talentos de los demás en lugar de solo preocuparse por su apariencia. Dejó de ser tan presumida y empezó a admirar las cualidades especiales que cada persona tenía. Un día, durante una competencia escolar, Fernanda tuvo la oportunidad de demostrar lo mucho que había aprendido.

Decidió participar en un concurso de poesía y escribió un hermoso poema sobre la amistad y el valor interior. Cuando llegó el momento de recitarlo frente a todos sus compañeros, Fernanda lo hizo con seguridad y emoción en su voz.

Al terminar, recibió una ovación cerrada del público. Después del evento, Andrés se acercó emocionado hacia ella:-Fernanda, estuviste increíble. Tu poema fue realmente inspirador. Fernanda sonrió y respondió:-Gracias, Andrés.

Pero debo admitir que aprendí mucho de ti y Naomi. Me enseñaron el verdadero valor de la amistad y cómo las apariencias no importan tanto como lo que hay dentro de cada uno.

A partir de ese día, Fernanda siguió siendo una niña coqueta, pero ahora también se preocupaba por cultivar sus habilidades y valorar a los demás por lo que eran en su interior.

Aprendió que la belleza real va más allá del aspecto físico y se encuentra en las cualidades especiales que todos tenemos dentro de nosotros. Y así, Fernanda vivió feliz junto a sus nuevos amigos, Andrés y Naomi, disfrutando de la verdadera esencia de la amistad.

FIN.

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