La esperanza de Zelotes



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Esperanza, donde vivían Zelotes, Mujeres Enfermos y Marginados. Ellos eran un grupo de personas que habían sido olvidadas por la sociedad y se encontraban en situaciones difíciles.

Zelotes era un niño valiente y curioso que siempre estaba buscando aventuras. Un día, mientras exploraba el bosque cerca del pueblo, se encontró con unas Mujeres Enfermas que estaban tristes y desanimadas. - ¡Hola! ¿Qué les sucede? - preguntó Zelotes con preocupación.

- Estamos enfermas y no tenemos a nadie que nos cuide o nos ayude - respondió una de las Mujeres Enfermas con lágrimas en los ojos. Zelotes no podía quedarse de brazos cruzados al verlas tan tristes.

Decidió ayudarlas y buscar una solución para su enfermedad. Sabía que necesitaba encontrar a alguien sabio que pudiera ayudarlas. Así fue como llegó hasta la casa del viejo Herodes, quien era conocido por ser un experto en hierbas medicinales.

Herodes vivía solo en una pequeña cabaña al otro lado del río. - Buenas tardes, señor Herodes. Me llamo Zelotes y vengo buscando ayuda para unas Mujeres Enfermas que están muy mal - dijo Zelotes con determinación. - Hmmm...

déjame ver qué puedo hacer - respondió Herodes pensativo mientras examinaba algunas hierbas en su jardín. Herodes preparó una poción especial utilizando sus conocimientos sobre plantas medicinales. Le dio a Zelotes instrucciones precisas sobre cómo administrarla a las Mujeres Enfermas.

Zelotes regresó al pueblo y encontró a las Mujeres Enfermas esperando ansiosamente su regreso. Les explicó la solución que Herodes había encontrado y les dio la poción.

Pasaron los días, y poco a poco las Mujeres Enfermas comenzaron a sentirse mejor. Zelotes estaba feliz de ver cómo ellas recuperaban su alegría y vitalidad. Pero la historia no termina aquí.

Un día, mientras Zelotes se dirigía al río para buscar agua, se encontró con un grupo de Forasteros que habían llegado al pueblo en busca de refugio. - ¿Hola? ¿Quiénes son ustedes? - preguntó Zelotes curioso. - Somos personas que hemos sido desplazadas de nuestros hogares por diferentes razones.

Buscamos un lugar donde podamos vivir en paz - respondió uno de los Forasteros con tristeza en sus ojos. Zelotes sabía lo importante que era brindar ayuda a quienes más lo necesitaban.

Corrió hacia el pueblo y reunió a todos los habitantes para contarles sobre los Forasteros y pedirles que les dieran la bienvenida. El pueblo decidió abrir sus puertas y ofrecer un hogar seguro para los Forasteros. Juntos, construyeron nuevas casas y crearon un ambiente acogedor donde todos pudieran vivir en armonía.

Con el tiempo, el pequeño pueblo de Esperanza se convirtió en un ejemplo para otros lugares cercanos. La valentía y generosidad de Zelotes inspiraron a muchas personas a ayudar a aquellos que estaban marginados o necesitados.

Y así fue como Zelotes, Mujeres Enfermas, Marginados, Herodes y los Forasteros encontraron la felicidad y el amor en un lugar donde todos eran valorados por igual. Aprendieron que juntos podían superar cualquier obstáculo y construir un mundo mejor. Fin.

FIN.

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