La estrella del fútbol
Pedro era un chico de diez años con una pasión desbordante por el fútbol.
Todos los días, después de la escuela, se reunía con sus amigos en el parque para jugar al fútbol hasta que el sol se escondía detrás de las montañas. Soñaba con convertirse en un futbolista profesional y jugar en los estadios más grandes del mundo.
Un día, mientras Pedro y sus amigos estaban jugando en el parque, vieron a lo lejos a un hombre sentado en un banco.
¡Era nada menos que Juan Cruz "El Tanque" Martínez, uno de los futbolistas más famosos del país! Los ojos de Pedro se iluminaron al instante; no podía creer que estaba viendo a su ídolo tan cerca. Sin pensarlo dos veces, Pedro y sus amigos corrieron hacia Juan Cruz para pedirle un autógrafo. El futbolista famoso sonrió amablemente y les firmó el balón a cada uno.
"Nunca pierdan la pasión por este hermoso deporte", les dijo antes de despedirse. Diez años pasaron volando y ahora Pedro tenía veinte años. Había trabajado duro, entrenando todos los días sin descanso para mejorar su juego.
Finalmente, su dedicación dio sus frutos: ¡Pedro había sido fichado por uno de los equipos más importantes del país como futbolista profesional! Desde ese momento, Pedro brilló en cada partido.
Su habilidad con el balón era asombrosa y su determinación inquebrantable inspiraba a sus compañeros de equipo y a todos los fanáticos del fútbol. Un día, durante un partido crucial, Pedro tuvo la oportunidad de marcar el gol ganador. -¡Vamos Pedro! ¡Tú puedes hacerlo! -gritaban sus compañeros desde la cancha.
Concentrado y seguro de sí mismo, Pedro disparó al arco con toda su fuerza. El balón cruzó la línea blanca y entró en la red justo cuando sonaba el silbato final.
¡Gol! ¡El equipo de Pedro había ganado gracias a su increíble gol! Los fanáticos vitoreaban emocionados desde las gradas mientras levantaban pancartas con el nombre de Pedro.
Juan Cruz "El Tanque" Martínez estaba entre ellos, aplaudiendo orgulloso al ver cómo aquel niño que una vez conoció en el parque se había convertido en todo un héroe del fútbol. Desde ese día, Pedro siguió cosechando éxitos en su carrera como futbolista profesional.
Siempre recordaba aquel encuentro fortuito en el parque que cambió su vida para siempre; la tarde en la que conoció a su ídolo y recibió un consejo invaluable: nunca perder la pasión por el fútbol.
FIN.