La estrella enojada y el viaje de la amistad
En un rincón del cielo, había una estrella llamada Lúmina. Lúmina era brillante y hermosa, pero siempre estaba enojada. Pasaba el día lanzando destellos irritados, haciendo que las constelaciones a su alrededor se sintieran incómodas.
Un día, mientras Lúmina estaba lanzando su furia al universo, notó que un pequeño erizo llamado Eri la miraba desde un planeta lejano. Eri siempre había soñado con tocar una estrella, pero se sentía triste por la tristeza de Lúmina.
"¿Por qué estás tan enojada, estrella?" - preguntó Eri con la voz suave como un susurro del viento.
Lúmina, sorprendida de que alguien se atreviera a preguntarle eso, respondió:
"¡Porque nadie parece notar mi luz! Estoy cansada de brillar para un mundo que no aprecia mi esfuerzo."
Eri, con su pequeño cuerpo cubierto de espinas, decidió que debía ayudar a Lúmina. Cargó su diminuta mochila y se preparó para un viaje a la escuela de la amistad, un lugar mágico donde aprendían a ser mejores amigos y a ayudar a otros.
Al llegar, Eri se encontró con un enorme elefante llamado Elfo. Elfo tenía un corazón tan grande como su tamaño y era conocido por su sabiduría.
"¡Hola, pequeño erizo! ¿Qué te trae por aquí?" - preguntó Elfo con una sonrisa de oreja a oreja.
"Vengo a aprender cómo ayudar a una estrella enojada" - contestó Eri con determinación.
Elfo, impresionado por la valentía de Eri, lo guió a través de la escuela. Allí, conocieron a otros animales: un espejo mágico que reflejaba no solo el aspecto exterior, sino también el interior. El espejo les enseñó cómo hacer que otros se sientan importantes.
"La verdadera belleza brilla desde adentro" - dijo el espejo -. "Debes hacer que Lúmina vea su magia en lugar de enfocarse en lo que le falta."
Eri, inspirado por las enseñanzas del espejo, regresó a su hogar en el planeta y con el apoyo de Elfo, decidió enviarle un rayo de luz especial a Lúmina. Reunió a sus amigos de la escuela y juntos comenzaron a crear un impresionante espectáculo de luces.
La noche siguiente, mientras Lúmina se percató de un hermoso baile de luces en el cielo, su corazón comenzó a calmarse. El brillo de sus distantes amigos la envolvió.
"¿Qué es esto?" - se preguntó Lúmina, mirando con sorpresa.
Eri entonces, utilizando su fuerza de voluntad, gritó desde su planeta:
"¡Mirá, Lúmina! ¡Nosotros, tus amigos, te estamos celebrando!"
Lúmina, tocada por el gesto, sintió que su enojo comenzaba a desvanecerse.
"¡Es hermoso! Nunca he sentido algo así. Gracias, pequeño erizo."
Desde ese día, Lúmina comprendió que aunque el mundo a veces no nota su luz, siempre tendrá a sus amigos dispuestos a recordarle lo especial que es. Y Eri, el pequeño erizo, nunca se sintió más grande, porque había ayudado a una estrella a brillar nuevamente.
La amistad puede cambiar el mundo, y a veces, solo necesita el valor de un pequeño erizo.
Así que, siempre que te sientas enojado, recuerda a Lúmina y Eri. Cada acción de amor puede iluminar la vida de alguien más.
Y desde las estrellas hasta la tierra, en cada rincón, siempre habrá alguien que te apoye si lo buscas y eres valiente en tu corazón.
FIN.