La Estrella Fugaz de los Deseos



En un pequeño pueblo, bajo un cielo estrellado, vivía una estrella fugaz llamada Estrellita. Cada vez que pasaba velocísima por el cielo, iluminaba todo con su hermoso brillo y, sobre todo, cumplía deseos.

Una noche, mientras Estrellita surcaba el cielo, escuchó a un niño llamado Lucas, que la miraba con ojos brillantes.

"¡Mirá, mami! ¡Una estrella fugaz!" - gritó Lucas.

"¡Rápido, pide un deseo!" - le animó su mamá.

Lucas, emocionado, cerró los ojos y pidió: "Quiero un perrito que sea mi amigo para siempre".

Estrellita oye su deseo y al instante, ¡puf! , apareció un pequeño perrito, salchicha, con orejas largas y mirada tierna.

"¡Hola, Lucas! Soy Rocco, tu nuevo amigo" - ladró el perrito.

Lucas reía de felicidad. "¡Gracias, Estrellita!" - gritó mirando al cielo.

Pero Estrellita sabía que los deseos podían tener más de un significado. Un día, cuando Lucas se estaba jugando con Rocco en el parque, se sintió un poco solo. El perrito se había quedado atrás, jugando con una pelota. Lucas pensó: "Deseo que Rocco siempre me acompañe".

Al instante, Rocco se acercó, pero ahora, también estaba acompañado de otros perritos en el parque. Todos querían jugar con Lucas.

"¡Qué divertido!" - exclamó Lucas "Ahora tengo un montón de amigos".

Sin embargo, Lucas también se dio cuenta de que a veces, tener muchos amigos puede ser un poco complicado.

"Estrellita, deseo que siempre podamos jugar todos juntos" - pidió entusiasmado. Y así, todos los perritos comenzaron a jugar felices, pero se volvieron muy ruidos. Lucas, cubriéndose los oídos, se dio cuenta de que el ruido era un poco molesto.

"Mmm, Estrellita, creo que mejor desearía que Rocco y yo tengamos un momento tranquilo". Al instante, todos los perritos se acomodaron y jugaron en silencio, respetando el momento de Lucas.

Al ver esto, Lucas sonrió y dijo: "¡Gracias, Estrellita! ¡Se siente lindo tener tranquilidad de vez en cuando!".

La estrella, al escuchar a Lucas, pensó que los deseos también se podían aprender. Así que, se le ocurrió una idea brillante. Utilizó su luz para formar una señal en el cielo que decía: "Desea con el corazón y será escuchado".

Las noches siguientes, muchos niños del pueblo miraron al cielo y comenzaron a pedir deseos. Algunos querían galletitas, otros bicicletas, pero sobre todo, deseaban jugar juntos y ser amigos.

Estrellita decidió que también era importante recordar que la felicidad viene no solo de los deseos, sino también de compartir y cuidar a otros.

Esa noche, Lucas miró el cielo y dijo: "Deseo que todos seamos amigos, y que siempre haya tiempo para jugar, reír, y también, un ratito de paz".

Estrellita sonrió desde las estrellas. "Así será, Lucas. Los deseos son más poderosos cuando se piensan en comunidad" - pensó, iluminando el cielo como nunca antes.

Y así, los niños aprendieron que, al ser generosos y cuidar de sus amistades, el verdadero deseo se convertía en magia.

Desde entonces, cada vez que alguien veía a Estrellita cruzar el cielo, ya no solo pensaban en lo que deseaban para ellos, sino en lo que podían compartir y dar a los demás. ¡Y así, el pueblo se llenó de risas y alegría!

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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