La Estrella Guía de los Niños Únicos



En un pequeño pueblo rodeado de colinas verdes y ríos cristalinos, vivían varios niños muy especiales.

Cada uno de ellos tenía una discapacidad que los hacía únicos: Lucía era ciega pero veía con su corazón, Martín usaba silla de ruedas pero volaba en sueños, Tomás no podía hablar pero sus ojos contaban historias maravillosas, y Valentina tenía dificultades motrices pero bailaba con el viento.

Un día, mientras los niños jugaban en el parque del pueblo, una luz brillante apareció en el cielo. Todos levantaron la mirada y vieron a Lunita, una extraterrestre amistosa con piel plateada y ojos centelleantes.

Los niños no tuvieron miedo; al contrario, sintieron curiosidad y alegría al conocer a alguien tan diferente a ellos. "¡Hola! Soy Lunita, vengo de un planeta lejano en busca de amigos en la Tierra", dijo la extraterrestre con voz melodiosa. Los niños se acercaron emocionados y pronto se hicieron amigos inseparables.

Lunita les contó sobre su viaje por las estrellas y los niños compartieron sus sueños e inquietudes. Juntos descubrieron que la verdadera amistad va más allá de las diferencias físicas o planetarias.

Una noche, mientras observaban las estrellas desde el jardín de Lucía, Lunita les propuso una aventura extraordinaria: viajar juntos a través del universo para encontrar la Estrella Guía, capaz de conceder deseos especiales a aquellos que creen en ella. Los niños aceptaron emocionados y subieron a la nave espacial de Lunita.

Durante el viaje cósmico, enfrentaron desafíos como asteroides peligrosos y agujeros negros amenazantes. Pero juntos demostraron que su amistad era más fuerte que cualquier obstáculo. Finalmente llegaron a un lugar lleno de luz dorada donde brillaba la Estrella Guía.

Cada niño pidió un deseo especial: Lucía deseó poder ver las sonrisas en los rostros de sus amigos; Martín pidió poder correr libremente por praderas verde esmeralda; Tomás anhelaba poder cantar junto a los pájaros al amanecer; Valentina quería ser capaz de abrazar a sus amigos sin límites.

La Estrella Guía escuchó atentamente y concedió cada deseo con amor infinito. Los niños sintieron una energía cálida recorrer sus cuerpos transformando sus limitaciones en oportunidades para crecer juntos.

Al regresar al pueblo al amanecer, los vecinos se sorprendieron al ver llegar a los valientes exploradores del espacio tomados de las manos con Lunita guiándolos hacia un futuro lleno de posibilidades ilimitadas.

Y así fue como varios niños discapacitados se convirtieron en héroes intergalácticos gracias a su valentía, amistad inquebrantable y fe en lo imposible.

FIN.

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