La estrella mágica del árbol de Navidad



Había una vez una familia muy especial: Sara, Juan, Mamá y Papá. Estaban muy emocionados porque se acercaba la Navidad y querían hacer algo diferente este año.

Un día, mientras decoraban su árbol de Navidad, Sara encontró una estrella en el baúl de los adornos. Era brillante y hermosa. "¡Miren lo que encontré!" exclamó Sara emocionada. Papá sonrió y dijo: "Creo que esta estrella es mágica.

¿Qué les parece si la colocamos en la cima del árbol?"Todos estuvieron de acuerdo y rápidamente subieron a Papa al árbol.

Pero cuando intentaron ponerlo en su lugar, ocurrió algo increíble: ¡el árbol comenzó a moverse! Sara, Juan, Mamá y Papá se agarraron fuertemente al árbol mientras este volaba por el aire. No podían creerlo; estaban teniendo un viaje mágico de Navidad. De repente, el árbol aterrizó en un lugar lleno de nieve brillante.

Miraron a su alrededor maravillados y vieron que habían llegado a un pueblo encantador. En ese momento apareció un duende pequeñito con ropa verde brillante. "¡Bienvenidos! Soy el duende 1", dijo con entusiasmo. "Estoy aquí para mostrarles todos los secretos navideños".

El duende 1 llevó a la familia hacia una casa donde vivía otro duendecito llamado duende 2. Este era algo tímido pero amable. "¡Hola! Soy el duende 2", saludó tímidamente.

"¡Vengan, tengo algo especial para ustedes!"El duende 2 llevó a la familia a un taller lleno de juguetes y regalos. Allí conocieron al duende 3, quien estaba muy ocupado envolviendo los paquetes. "¡Hola! Soy el duende 3", exclamó mientras hacía una reverencia divertida. "Estoy encargado de hacer sonreír a los niños en Navidad".

La familia quedó fascinada con todo lo que veían en el taller. Los duendes les mostraron cómo fabricaban los juguetes y cómo se preparaban para la noche más mágica del año.

Después de pasar un tiempo maravilloso con los duendes, la familia decidió volver a casa. Se despidieron y subieron al árbol de Navidad nuevamente. Cuando llegaron a su casa, Sara, Juan, Mamá y Papá estaban llenos de alegría por haber tenido una experiencia tan increíble.

Desde ese día, cada vez que veían la estrella en la cima del árbol recordaban aquel viaje mágico y se sentían aún más emocionados por celebrar la Navidad juntos.

Aprendieron que la magia de la Navidad no solo está en los regalos o las luces brillantes, sino también en compartir momentos especiales con las personas que amamos.

Y así fue como Sara, Juan, Mamá y Papá vivieron una Navidad inolvidable llena de amor y magia gracias al viaje mágico que tuvieron con su árbol encantado.

FIN.

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