La estrella mágica perdida



udad de Buenos Aires. Renata era una niña curiosa y observadora, siempre dispuesta a resolver misterios. Vivía en una casa pequeña pero acogedora en la ciudad de Buenos Aires junto a su familia.

La Navidad se acercaba y todos estaban emocionados por decorar el árbol. Un día, Renata fue a buscar la caja donde guardaban los adornos navideños, pero se llevó una gran sorpresa al descubrir que la Mágica Estrella del Árbol de Navidad había desaparecido.

Sin perder tiempo, decidió convertirse en detective y encontrarla. Renata comenzó su investigación buscando pistas en la sala de estar. Buscó debajo del sofá y detrás de las cortinas, pero no encontró nada relevante.

Decidió interrogar a su hermano menor, Mateo, quien solía jugar con sus juguetes cerca del árbol. "Mateo, ¿sabes qué le pasó a la Magina Estrella?"- preguntó Renata con voz seria. "No sé nada", respondió Mateo mientras jugaba distraído con sus bloques.

Renata sospechaba que Mateo escondía algo, así que decidió seguir buscando pistas por su cuenta. Esa noche, mientras todos dormían profundamente, Renata salió sigilosamente de su habitación para investigar más.

Se dirigió al cuarto de sus padres y revisó el armario en busca de alguna pista oculta. Fue entonces cuando encontró un pedazo rasgado de papel dorado con algo escrito: "Sigue las luces". Intrigada por este mensaje críptico, Renata fue al salón y encendió las luces del árbol de Navidad.

Para su sorpresa, las luces comenzaron a parpadear en un patrón específico. Renata siguió el patrón y se encontró con otra pista debajo del sofá. La siguiente pista la llevó al jardín trasero de su casa.

Allí, había una nota pegada en el tronco de un árbol que decía: "El próximo destino está cerca del río". Renata corrió emocionada hacia el río cercano y encontró una caja escondida entre los arbustos.

Al abrir la caja, encontró la Mágica Estrella del Árbol de Navidad brillando intensamente. Había sido escondida por su hermano como una broma navideña. Renata regresó a casa con la estrella en sus manos y una sonrisa triunfante en su rostro.

Al día siguiente, Renata reunió a toda su familia alrededor del árbol para colocar la estrella en lo más alto. Todos se maravillaron al verla brillar con todo su esplendor.

Renata les contó sobre su aventura detectivesca y todos aplaudieron sus habilidades de detective. Desde ese momento, Renata siempre recordaría aquella Navidad como la vez que resolvió el misterio de la Magina Estrella del Árbol de Navidad.

Aprendió que no importa cuán pequeño seas, siempre puedes lograr grandes cosas si confías en ti mismo y te atreves a buscar respuestas. Y así fue como Renata descubrió que ser curiosa e inteligente puede llevarnos a resolver cualquier misterio, incluso en las épocas más mágicas del año.

FIN.

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