La Estrella Perdida



Había una vez en un pequeño pueblo rodeado de montañas, un grupo de niños curiosos y valientes que se llamaban Mateo, Sofía y Tomás.

Una noche, mientras observaban las estrellas en el jardín de la casa de Mateo, vieron cómo una brillante estrella se desprendía del cielo y caía justo frente a ellos. -¡Miren! ¡Una estrella cayó en nuestro jardín! -exclamó emocionado Tomás. Los tres amigos corrieron hacia la estrella y descubrieron que había perdido todo su brillo.

Estaba triste y débil. -¿Qué le habrá pasado? -se preguntó Sofía preocupada. Entonces, apareció ante ellos un hada con alas resplandecientes. Era Luminia, la guardiana de las estrellas. -Los he estado observando, niños.

La estrella ha perdido su luz porque alguien le robó su brillo. Deben ayudarla a recuperarlo para que pueda volver al cielo -dijo Luminia con voz suave pero firme. Los niños asintieron decididos a ayudar a la estrella.

Luminia les entregó tres varitas mágicas que los llevarían a través de diferentes mundos para encontrar la luz perdida. Con un destello luminoso, los niños fueron transportados al primer mundo: el Bosque Encantado.

Allí se encontraron con duendes traviesos que intentaron desviarlos del camino correcto. -¡No nos detendrán! Debemos seguir adelante para encontrar la luz perdida -dijo Mateo con determinación. En el segundo mundo, el Desierto Ardiente, se enfrentaron a criaturas de fuego que intentaban apagar su esperanza.

Pero con valentía y trabajo en equipo lograron atravesarlo indemnes. Finalmente, llegaron al último mundo: el Mar Brillante. Allí debían sumergirse en lo más profundo para encontrar la fuente de luz que devolvería el brillo a la estrella caída.

Después de superar pruebas difíciles y aprender lecciones importantes sobre amistad y perseverancia, los niños encontraron una joya radiante en el fondo del mar. Era la luz perdida de la estrella.

Con cuidado y cariño, colocaron la joya en lo alto de la estrella caída. Un resplandor intenso iluminó el lugar y la estrella recuperó todo su esplendor.

-¡Lo logramos! ¡La estrella volvió a brillar! -exclamaron los niños felices mientras veían cómo la estrella ascendía lentamente hacia el cielo nocturno hasta ocupar nuevamente su lugar entre sus hermanas brillantes. Luminia apareció ante ellos una vez más para felicitarlos por su valentía y compromiso. Les dijo:-Han demostrado ser verdaderos héroes al devolverle el brillo a esta estrella caída.

Recuerden siempre que incluso en los momentos más oscuros hay luz dentro de ustedes para iluminar el camino.

Y así, entre risas y abrazos llenos de alegría, los tres amigos regresaron a casa sabiendo que nunca olvidarían esa increíble aventura llena de magia y aprendizajes inolvidables.

FIN.

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