La estrella que brilla en la oscuridad


Había una vez un niño llamado Alan, que tenía una particularidad: se le daba mal limpiarse el culete cuando hacía caca.

Esto hacía que cada día en el colegio, Alan tuviera un pequeño accidente y terminara haciendo caca en su pantalón. Alan se sentía muy avergonzado y triste por lo que le pasaba. Lloraba continuamente y no sabía qué hacer para solucionar su problema.

Sus compañeros de clase se burlaban de él, lo cual empeoraba aún más su situación. Un día, mientras Alan estaba llorando en el patio del colegio, miró al cielo y vio algo maravilloso: las estrellas brillaban intensamente formando constelaciones increíbles.

A Alan siempre le había encantado el universo, así que esa vista lo hizo sentir un poco mejor. En ese momento, apareció Lucas, un niño nuevo en la escuela que también tenía una gran pasión por el espacio.

Al ver a Alan llorando, se acercó amablemente y le preguntó qué le pasaba. "Hola Alan ¿por qué estás tan triste?"- preguntó Lucas con ternura. Alan entre sollozos explicó su problema con la limpieza después de hacer caca y cómo eso afectaba su vida diaria en la escuela.

Lucas escuchó atentamente a Alan y luego dijo con una sonrisa comprensiva:"Sabes Alan, todos tenemos dificultades diferentes en nuestras vidas. Pero eso no significa que debamos rendirnos o dejar que nos afecten tanto como a ti te está afectando esto".

Alan levantó la cabeza sorprendido por las palabras de Lucas. "Tienes razón Lucas, pero ¿qué puedo hacer? No quiero seguir pasando por esto todos los días"- respondió Alan con esperanza.

Lucas cogió la mano de Alan y le dijo:"Vamos a buscar una solución juntos. Primero, hablemos con nuestros profesores y expliquémosles lo que te sucede. Seguro que ellos podrán ayudarte de alguna forma".

Alan se sintió aliviado al saber que no estaba solo en esto y aceptó la ayuda de Lucas. Juntos fueron a hablar con sus profesores y les explicaron la situación. Los profesores, comprensivos y cariñosos, decidieron tomar medidas para ayudar a Alan.

Le dieron permiso para ir al baño siempre que lo necesitara e incluso le asignaron un asistente personal para asegurarse de que pudiera limpiarse correctamente después de hacer caca. Con el apoyo de sus profesores y la amistad inquebrantable de Lucas, Alan comenzó a sentirse más seguro y confiado.

Aunque todavía tenía algunos accidentes ocasionales, ya no se sentía avergonzado ni triste como antes.

Un día, durante una clase sobre el universo, los profesores organizaron una actividad especial: llevaron un telescopio al patio del colegio para que los niños pudieran observar las estrellas durante el día. Alan estaba emocionado porque finalmente podría ver las estrellas más cerca. Miró por el telescopio con asombro y vio algo increíble: una estrella fugaz cruzando el cielo.

"¡Mira Lucas! ¡Una estrella fugaz!"- exclamó Alan emocionado. Lucas sonrió ampliamente mientras veía brillar los ojos de su amigo. "Alan, las estrellas en el cielo son como pequeñas oportunidades que aparecen en nuestras vidas.

A veces, esas oportunidades pueden ayudarnos a superar nuestros problemas y encontrar soluciones". A partir de ese día, Alan decidió que no permitiría que sus dificultades lo detuvieran. Siguió trabajando en sí mismo y mejorando sus habilidades para limpiarse después de hacer caca.

Poco a poco, los accidentes se volvieron menos frecuentes hasta que finalmente desaparecieron por completo. La historia de Alan nos enseña que todos enfrentamos dificultades en la vida, pero con determinación, amistad y apoyo podemos superar cualquier obstáculo.

Además, nos recuerda la importancia de ser comprensivos y solidarios con aquellos que están pasando por momentos difíciles. Y así fue como Alan encontró el valor para enfrentar su problema y descubrió que el universo siempre tiene una forma especial de guiarnos hacia la luz.

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