La Estrella que Encontró su Camino
Era una luminosa mañana en la pequeña ciudad de Arcoíris. Las flores florecían en el parque y los niños jugaban felices. Sin embargo, en un rincón tranquilo del parque, había una pequeña cuna vacía, y dentro, dormía una bebé que parecía una estrella recién llegada de la noche.
Un grupo de niños jugando cerca notó la cuna. Entre ellos estaba Sofía, una niña con una gran curiosidad.
"¿Qué hay ahí?" – preguntó Sofía, acercándose a la cuna.
"Es solo una cuna vacía," – dijo Tomás, el más escéptico del grupo.
"No, miren bien. ¡Hay un bebé!" – gritó Sofía emocionada.
Los niños se asomaron con sorpresa y vieron la carita de la pequeña. Se acercaron con cuidado. Ella despertó, abrió los ojos y sonrió.
"¿Quién te dejó aquí, chiquitita?" – preguntó Ana, una niña dulce.
Aquel momento fue mágico. La pequeña bebé, que se llamaba Lila, empezó a reírse, como si ella entendiera lo que pasaba. Pero, a medida que los niños cuidaban de ella, se hicieron preguntas: ¿dónde estaba su mamá? ¿por qué la había dejado sola?"No podemos dejarla aquí," – dijo Sofía con determinación. – "Si su mamá no viene, deberíamos cuidarla nosotras. ¡Vamos a hacerle una fiesta!"
Y así fue. Al día siguiente, los niños comenzaron a preparar una gran fiesta en honor a Lila. Decoraron el parque con globos de colores y traían comida rica que sus mamás les permitieron llevar. Cada niño tenía una tarea especial: Tomás se encargaba de los juegos, Ana se ocupó de la decoración, y Sofía era la encargada de cantarle canciones a la bebé.
La fiesta fue un éxito. Vino mucha gente del barrio, y los niños no paraban de jugar y reír.
"¡Este lugar es mágico!" – exclamó Ana mientras veía a Lila sonreír.
Pero, a medida que pasaron los días, no apareció la madre de Lila, y los niños comenzaron a preocuparse. ¿Qué pasaría con su nueva amiga?
Una tarde, Sofía tuvo una idea brillante.
"¿Y si buscamos a su mamá? Tal vez se perdió y nos necesita para encontrarla." – propuso.
Todos estuvieron de acuerdo, así que se dividieron en grupos y comenzaron a preguntar por el barrio. Hablaron con los vecinos, preguntaron en las tiendas y nunca se rindieron. Finalmente, una señora mayor dijo que había visto a una mujer sentada en un banco del parque, llorando.
Los niños corrieron hacia allí. Cuando llegaron, encontraron a la madre de Lila, con la mirada triste y perdida. Sofía se acercó con valentía.
"Hola, señora. ¿Está buscando a Lila?" – le preguntó.
La mujer levantó la vista, sorprendida.
"¿Lila?" – murmuró. – “¿Dónde está ella? ”
"La cuidamos y le hicimos una fiesta, pero la estábamos buscando. Nos preocupaba que estuviera sola." – dijo Ana.
La madre, al escuchar esas palabras, rompió en un llanto sincero y corrió hacia la cuna, donde Lila estaba jugueteando con un globo.
"¡Lila!" – exclamó mientras la abrazaba. – "Lo siento tanto… no sabía qué hacer y me perdí. No quise abandonarte."
Los niños la miraron con compasión. Sofía, siendo muy sabia para su edad, le dijo:
"Todos cometemos errores. Lo importante es que ahora Lila está contigo."
La madre agradeció a los niños por cuidar de su hija y por haber sido tan valientes.
"Prometo ser una mejor mamá desde ahora."
Con lágrimas de felicidad, la madre de Lila se llevó a su bebé en brazos. Y así fue como, gracias a la amistad y la valentía de un grupo de niños, una pequeña estrella encontró su camino de vuelta a casa.
Desde ese día, Lila siempre jugó con Sofía, Tomás y Ana, aprendiendo que la bondad e invitar al otro a ayudar son parte del verdadero significado de un hogar.
FIN.