La estrella que habla y la cereza envenenada



Había una vez en el fondo de una oscura cueva, un pequeño niño llamado Lucas, que se aventuró en busca de aventuras. Mientras caminaba por el laberinto de pasadizos, se topó con una extraña estrella que hablaba.

- ¡Hola! Soy Estrellita, la estrella que guía a los valientes en busca de tesoros escondidos – dijo la estrella con entusiasmo.

Lucas, sorprendido, le preguntó a Estrellita qué hacía allí, y ella le contó que estaba atrapada en la cueva por un hechizo y que solo la valentía de alguien podía liberarla. Intrigado por la idea de ayudar a la estrella, Lucas decidió acompañarla en su aventura.

Juntos, se adentraron aún más en la cueva, hasta que encontraron un árbol con hermosas cerezas brillantes. Lucas, sintiéndose hambriento, decidió tomar una cereza y comerla. Estrellita, asustada, le detuvo a tiempo. - ¡Espera, Lucas! No comas esa cereza, está envenenada – advirtió la estrella con urgencia.

Lucas se detuvo justo a tiempo, asombrado por la advertencia de Estrellita. Juntos, buscaron una manera de neutralizar el veneno de la cereza. Finalmente, encontraron una planta especial que contrarrestaba el veneno, en forma de una pequeña hoja plateada.

Con cuidado, Lucas usó la hoja para contrarrestar el veneno de la cereza. Al momento, la estrella brilló con intensidad y con un destello mágico, la cueva se iluminó y el hechizo se rompió. Estrellita estaba libre al fin.

Agradecida, Estrellita le explicó a Lucas que no siempre todo lo que brilla es seguro, pero con valentía, sabiduría y cuidado, se pueden superar los obstáculos. Lucas aprendió una valiosa lección, y juntos, salieron de la cueva, listos para continuar sus aventuras.

FIN.

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