La Estrella que Inspira

Había una vez una niña llamada Alba que vivía en un pequeño pueblo. Desde muy pequeña, Alba había tenido dificultades para leer debido a su dislexia.

Sentía que las palabras se movían y le costaba mucho entender lo que decían. Alba se sentía triste y frustrada porque sus amigos podían leer rápidamente mientras ella avanzaba a paso de tortuga. Pero tenía un ángel guardián: su logopeda, la señorita Rosa.

La señorita Rosa siempre estaba allí para ayudarla y animarla. Un día, la señorita Rosa tuvo una idea brillante. Le dijo a Alba: "¡Alba, tengo algo emocionante que contarte! ¡He construido un cohete especial para ti!". Los ojos de Alba se iluminaron de emoción.

La señorita Rosa llevó a Alba al jardín trasero de su casa donde el cohete esperaba listo para despegar. Subieron a bordo y antes de que pudieran darse cuenta, estaban volando por el cielo estrellado.

"¿A dónde vamos?", preguntó Alba con asombro. "Vamos hacia el mundo mágico de los cuentos", respondió la señorita Rosa con una sonrisa en su rostro. El cohete los llevó hacia un lugar lleno de colores vibrantes y personajes fantásticos.

Allí, encontraron a niños y niñas como Alba que también tenían dificultades para leer. Al llegar al mundo mágico, la señorita Rosa presentó a Alba como —"Readstar" , la brillante estrella escritora de cuentos para niños con problemas de lectura.

Alba se sintió emocionada y orgullosa. "¡Hola, Readstar!", exclamaron los niños del mundo mágico al verla. "¿Nos contarás uno de tus maravillosos cuentos?".

Alba aceptó encantada y comenzó a contar un cuento sobre una tortuga llamada Tita que también tenía dificultades para leer. Tita vivía en un bosque donde todos los animales se burlaban de ella por su lentitud. Pero un día, Tita conoció a una sabia lechuza llamada Lila que la ayudó a superar sus dificultades.

Juntas, aprendieron técnicas especiales para mejorar la lectura y descubrieron el poder de la perseverancia y la confianza en sí mismas. Los niños del mundo mágico escucharon atentamente el cuento de Readstar y se inspiraron en las aventuras de Tita.

Se dieron cuenta de que no estaban solos en sus dificultades y que podían superar cualquier obstáculo si creían en sí mismos. Después de terminar su cuento, Alba recibió aplausos y abrazos de todos los niños del mundo mágico.

La señorita Rosa estaba radiante de felicidad al ver cómo Alba había encontrado su pasión por escribir historias. Cuando regresaron al pueblo, Alba continuó escribiendo cuentos para ayudar a otros niños con problemas de lectura.

Su fama como Readstar creció rápidamente, llegando incluso a ser invitada a programas de televisión para compartir sus historias e inspirar a más personas. Alba nunca olvidó todo lo que había aprendido en el mundo mágico ni el apoyo incondicional de la señorita Rosa.

Juntas, habían transformado su dificultad en una oportunidad para ayudar a otros. Y así, Alba se convirtió en una brillante estrella escritora que iluminaba el camino de muchos niños con problemas de lectura.

Todos la admiraban y le agradecían por ser su logopeda y guía en este viaje mágico hacia la superación. Fin.