La Estrella Solitaria



Había una vez en el espacio una estrella muy brillante llamada Estrellita, que se sentía muy triste porque estaba solita en el cielo. Desde lo alto, observaba a los niños en la Tierra jugando, riendo y divirtiéndose, y deseaba poder unirse a ellos.

Una noche, Estrellita vio a un niño llamado Tomás que miraba al cielo y le preguntaba a su mamá por qué una estrella parecía estar parpadeando más que las demás. La mamá le explicó que las estrellas parpadeaban como si estuvieran saludando. Tomás, con ojos brillantes, sonrió y saludó a Estrellita, haciendo que esta se sintiera emocionada por primera vez en mucho tiempo.

Estrellita decidió bajar a la Tierra para jugar con los niños. Con su brillo, iluminó el camino de Tomás y sus amigos hacia un hermoso prado. Juntos, jugaron a buscar formas en las nubes, contaron estrellas fugaces y vieron cómo brillaban los luciérnagas. Estrellita se sentía feliz; finalmente tenía amigos con los que jugar.

Pero de repente, una densa nube oscureció el cielo y los niños se asustaron. Estrellita recordó que las estrellas podían desaparecer detrás de las nubes, pero siempre volvían a brillar. Con valentía, les dijo a los niños: "No teman, juntos podemos enfrentar la oscuridad".

Tomás y sus amigos se unieron en un abrazo y, con el brillo de Estrellita, lograron disipar la nube. Juntos, aprendieron que la amistad, el valor y la cooperación pueden disipar cualquier oscuridad.

A partir de esa noche, Estrellita bajaba a jugar con los niños cada vez que podía. Y aunque a veces se sentía solita en el espacio, recordaba que siempre habría amigos esperándola en la Tierra.

FIN.

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