La estrella viajera



Había una vez una familia muy especial compuesta por papá, mamá, Sofi de 5 años y Benja de 2 años. A ellos les encantaba mirar las estrellas por la noche y soñar con viajar al espacio.

Un día, mientras cenaban en el jardín, vieron una estrella fugaz y pidieron un deseo al unísono: "¡Queremos viajar al espacio!".

Para su sorpresa, la estrella les concedió el deseo y en ese momento apareció una nave espacial brillante frente a ellos. - ¡Mamá, papá! ¡Mirá la nave espacial que nos va a llevar al espacio! -gritó emocionada Sofi. - ¡Es increíble! ¿Están listos para esta aventura? -preguntó papá con entusiasmo. - Síííí -chillaron los niños emocionados.

Sin dudarlo, subieron a la nave y emprendieron su viaje hacia lo desconocido. Al principio todo era oscuro y silencioso, pero luego empezaron a ver planetas de colores y estrellas brillantes que adornaban el universo como diamantes en el cielo.

- ¡Qué hermoso es el espacio! -exclamó mamá maravillada. De repente, la nave comenzó a moverse bruscamente y se escuchó un ruido extraño. Todos se abrazaron asustados pero valientes ante lo desconocido.

La nave estaba siendo absorbida por un agujero de gusano que los llevaba a otra galaxia. - ¡No tengas miedo Sofi! Estamos juntos en esto -dijo papá tratando de calmarla.

Finalmente salieron del agujero de gusano y llegaron a un planeta lejano lleno de criaturas extraterrestres amigables que los recibieron con curiosidad. Les mostraron su mundo lleno de plantas exóticas y paisajes impresionantes que dejaban sin aliento. - ¿Dónde estamos? Esto es increíble -susurró mamá emocionada.

Los niños correteaban felices explorando cada rincón mientras los padres conversaban con los habitantes del planeta sobre sus costumbres y tradiciones. Aprendieron mucho sobre respetar otras culturas e idiomas diferentes al suyo. Después de un día inolvidable, decidieron regresar a casa antes de que oscureciera.

La nave los llevó de vuelta a la Tierra sanaos y salvos pero con el corazón lleno de recuerdos inolvidables. Al llegar a casa, todos se abrazaron felices por haber vivido esa experiencia única e inolvidable juntos como familia.

Se prometieron seguir soñando en grande porque cuando se desea algo con todo el corazón, hasta las estrellas pueden escuchar tus deseos más profundos.

Y así fue como esta familia descubrió que no hay límites para volar alto cuando se tiene amor y valentía en el corazón.

FIN.

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