La fábula de Alegna y el robo de huevos



En una tranquila pradera argentina vivían Alegna, una gallina muy astuta, y sus amigos: el zorro, el quirquincho, la chuña y la comadreja. Un día, Alegna descubrió que algunos de sus preciados huevos habían desaparecido misteriosamente.

Decidida a resolver el misterio, Alegna reunió a sus amigos en busca de respuestas. - '¿Quién habrá robado mis huevos?', se preguntaba Alegna. - 'Es probable que haya sido el zorro', dijo desconfiada la chuña.

- '¡Hey, pero no fui yo, te lo juro!', se defendió el zorro. Acto seguido, el quirquincho señaló a la comadreja. - 'Puede que ella sea la ladrona, siempre anda husmeando por aquí'. La comadreja, ofendida, negó con la cabeza. Alegna reflexionó unos instantes y propuso una solución.

'Hagamos un trato: organizaremos un juego en el que cada uno de nosotros deberá demostrar su lealtad y honestidad'. Emocionados por el desafío, aceptaron participar en la prueba.

El concurso consistía en cuidar un nido de pollos sin molestar a las gallinas y sin robar los preciados huevos. Durante el juego, Alegna observó con atención el comportamiento de sus amigos. El zorro demostró ser obediente y nunca intentó robar los huevos.

El quirquincho, pese a sus instintos de caza, cuidó con esmero a los pollos. La chuña, quien siempre parecía estar tramando algo, se mostró responsable y protectora. Y la comadreja, para sorpresa de todos, cumplió la tarea sin titubear.

Finalmente, Alegna se acercó al nido y contempló sus huevos seguros y protegidos. 'Hemos demostrado que la amistad y la confianza son más valiosas que cualquier tesoro', proclamó Alegna.

A partir de ese día, la pradera se llenó de armonía y complicidad, ya que todos comprendieron que la verdadera riqueza reside en la lealtad y la solidaridad. Y así, Alegna y sus amigos vivieron felices, sin más robos ni sospechas.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!