La familia de la selva


Había una vez, en la selva argentina, un grupo de animales que vivían juntos en armonía. Había un león llamado Simón, una jirafa llamada Lola, un mono llamado Lucas y un elefante llamado Ernesto.

Estos cuatro amigos eran inseparables y siempre se cuidaban mutuamente. Un día, mientras paseaban por el bosque, encontraron a un pequeño cachorro de tigre abandonado. Decidieron llevarlo con ellos y convertirse en su nueva familia.

El cachorro se llamaba Tomás y rápidamente se hizo amigo de todos los animales. Los días pasaron y Tomás creció fuerte y valiente gracias al amor y cuidado de sus nuevos amigos.

Aprendió a cazar como el león, a alcanzar las hojas más altas como la jirafa, a saltar entre los árboles como el mono y a ser amable y protector como el elefante. Un día, mientras estaban jugando cerca del río, escucharon unos gritos desesperados provenientes del agua.

Era una tortuga que estaba atrapada en unas ramas flotantes sin poder nadar hacia la orilla. Sin pensarlo dos veces, Simón se lanzó al agua para rescatarla. Mientras tanto, Lucas subió rápidamente a lo alto de un árbol para buscar ayuda desde allí.

Vio pasar volando a Pedro el pájaro carpintero e inmediatamente le pidió ayuda para salvar a la tortuga atrapada. Pedro voló hasta donde estaba Simón luchando contra las corrientes del río para llegar hasta la tortuga.

Juntos lograron sacarla sana y salva del agua. Al ver esto, Tomás se dio cuenta de lo importante que era ayudar a los demás y ser valiente como sus amigos.

Agradecida por su rescate, la tortuga les contó que estaba buscando a su familia perdida. Los animales decidieron ayudarla en su búsqueda y recorrieron toda la selva con ella, preguntando a cada animal si habían visto alguna vez una tortuga como ella.

Después de mucho buscar, finalmente encontraron a los padres de la tortuga esperándola cerca del río. Todos celebraron el reencuentro y se alegraron por haber podido ayudar a un miembro más de la gran familia animal.

Tomás aprendió una valiosa lección sobre la importancia de la amistad y el trabajo en equipo. Comprendió que no importa cuán diferentes sean las especies, todos pueden vivir juntos en armonía y apoyarse mutuamente. Desde ese día, los animales se convirtieron en una verdadera familia.

Aprendieron que no solo comparten aventuras juntos, sino también responsabilidades y cuidado mutuo. Cada uno tenía un papel importante dentro del grupo y eso los hacía sentirse felices y completos.

Y así, Simón el león, Lola la jirafa, Lucas el mono, Ernesto el elefante y Tomás el tigre vivieron felices para siempre junto a su nueva familia en medio de la selva argentina.

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