La familia del bosque



Había una vez una niña llamada Mica, a quien le encantaba pasar tiempo en el bosque. Era un lugar mágico lleno de árboles altos y frondosos, flores de todos los colores y animales curiosos.

Un día, mientras exploraba el bosque, Mica encontró a un gato callejero que parecía perdido. El pobre animalito estaba asustado y tenía hambre. Mica decidió llevarlo a su casa para cuidarlo. Al llegar a casa, Mica le dio al gato un nombre: Pelusa.

Juntos se convirtieron en grandes amigos y pasaban horas jugando en el jardín. Pero algo faltaba en la vida de Mica... ¡un perro! Así que decidió ir al refugio de animales para adoptar uno.

Cuando llegó al refugio, vio a un perrito muy especial llamado Bruno. Tenía ojos brillantes y una cola que no dejaba de moverse. Mica supo inmediatamente que era el compañero perfecto para ella y Pelusa.

"¡Hola Bruno! ¿Quieres venir conmigo? Seremos los mejores amigos", dijo emocionada Mica. Bruno ladró felizmente como si entendiera cada palabra que decía la niña. Desde ese día, los tres eran inseparables.

Paseaban por el bosque juntos, jugaban en el jardín e incluso dormían abrazados todas las noches. Una tarde soleada mientras exploraban el bosque, escucharon un ruido extraño proveniente de unos arbustos cercanos. Al acercarse con cautela descubrieron a un conejo herido. Tenía una patita lastimada y no podía moverse.

Mica, Pelusa y Bruno se miraron entre sí y supieron que debían ayudar al conejito. Con mucho cuidado, Mica envolvió la patita del conejo con un vendaje improvisado mientras Pelusa ronroneaba para calmarlo.

Bruno vigilaba atentamente el bosque para asegurarse de que estuvieran a salvo. "No te preocupes, pequeño conejito, te vamos a cuidar", susurró Mica suavemente. Desde ese día, el conejito se convirtió en parte de su familia. Lo llamaron Salti por su habilidad para saltar tan alto.

Juntos exploraban el bosque sin miedo y ayudaban a otros animales necesitados que encontraban en el camino. Un día, mientras jugaban cerca de un arroyo, escucharon un sonido extraño proveniente del agua.

Al acercarse vieron a unos pollitos atrapados en una rama flotante. Sin pensarlo dos veces, Mica corrió hacia ellos y los rescató antes de que fueran arrastrados por la corriente.

Los pollitos también se unieron a la familia de Mica y juntos aprendieron lecciones importantes sobre amistad, valentía y compasión. Aprendieron que todos los seres vivos merecen amor y cuidado.

Con el tiempo, Mica se dio cuenta de algo maravilloso: ella no solo había salvado a esos animales sino que ellos también habían cambiado su vida para siempre. Ahora entendía lo especial que era tener amigos animals como Pelusa, Bruno, Salti y los pollitos.

Así es como Mica, Pelusa, Bruno, Salti y los pollitos vivieron felices en el bosque, compartiendo aventuras y brindando amor a todos los seres que encontraban en su camino. Y aunque la vida a veces puede ser difícil, siempre es más fácil cuando tienes amigos que te acompañan en el camino.

FIN.

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