La familia del bosque detrás de las colinas
Había una vez en un pueblito detrás de colinas, una familia humilde llamada los Gómez, quienes vivían en armonía con la naturaleza.
Don José, Doña María y sus dos hijos, Marta y Juan, se dedicaban a cultivar la tierra, cuidar de los animales y respetar el entorno natural que los rodeaba. Un día, mientras exploraban el bosque, descubrieron un árbol muy especial. Su tronco tenía extrañas marcas que formaban un hermoso dibujo con formas de animales.
Intrigados, se acercaron al árbol y escucharon una voz suave que provenía de su interior. -¿Quiénes son ustedes? -preguntó el árbol. Sorprendidos, la familia Gómez respondió que eran habitantes del pueblito y amantes de la naturaleza.
El árbol les habló sobre la importancia de mantener una relación armoniosa con la naturaleza y les pidió ayuda para proteger el bosque de la tala indiscriminada. Los Gómez aceptaron el desafío y se comprometieron a difundir el mensaje de conservación.
Organizaron charlas en el pueblo, limpiaron arroyos y plantaron árboles en zonas deforestadas. Con el tiempo, más familias se unieron a su causa y el pueblito detrás de las colinas se convirtió en un ejemplo de convivencia pacífica entre seres humanos y naturaleza.
El árbol especial se convirtió en el símbolo de su lucha y cada año, alrededor de él, celebraban el Día de la Naturaleza, recordando la importancia de proteger y respetar el entorno natural.
La familia Gómez enseñó a todos que una relación armoniosa con la naturaleza era fundamental para el buen vivir en el pueblito.
Y así, el bosque creció, los animales volvieron a habitarlo y la felicidad se propagó como el viento entre los habitantes, gracias al compromiso de una familia humilde que decidió escuchar a la naturaleza y defenderla con amor.
FIN.