La familia tecnológica unida



Había una vez en una casa muy especial, donde vivían la computadora, el televisor, la tablet y el teléfono celular.

Todos eran productos tecnológicos que convivían en armonía y se ayudaban mutuamente para hacer la vida de la familia más fácil y divertida. Un día, la computadora comenzó a sentirse triste porque creía que ya no era tan útil como antes. "Nadie me usa tanto como antes, todos prefieren estar en sus celulares o tablets", se lamentaba.

El televisor, siempre sabio y tranquilo, se acercó a consolarla. "No te preocupes amiga computadora, todos tenemos nuestro momento de mayor o menor uso. Seguro pronto volverán a necesitarte". Pero la tablet no podía quedarse callada ante esa situación.

"Es verdad lo que dice el televisor. Además, cada uno de nosotros cumple un rol importante en esta casa. Tú nos permites trabajar cómodamente con tu gran pantalla y teclado", le dijo a la computadora.

La situación cambió cuando un día llegaron visitas a casa: unos primos pequeños que estaban aburridos. La mamá les pidió que jugaran un rato en las tablets para entretenerse mientras los adultos conversaban.

Sin embargo, los primos descubrieron algo maravilloso: ¡la computadora! Se acercaron curiosos y empezaron a explorar todo lo que podían hacer en ella: dibujar, jugar juegos educativos y ver videos divertidos. La computadora estaba radiante de felicidad al ver que los niños disfrutaban tanto de su compañía.

Los demás productos tecnológicos también se alegraron al verla tan contenta. "¡Gracias por recordarnos lo importante que es cada uno de nosotros en esta casa!", exclamó emocionada la computadora.

Desde ese día, todos los productos tecnológicos aprendieron a valorarse mutuamente por igual y a entender que cada uno tenía su momento especial de utilidad para brindar alegría y diversión a la familia.

Y así, entre risas y juegos compartidos, siguieron viviendo en armonía bajo el mismo techo, sabiendo que juntos formaban un equipo imbatible capaz de hacer feliz a cualquiera que cruzara las puertas de aquella hogar lleno de magia tecnológica.

FIN.

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