La felicidad en el espacio


Astronauta triste estaba en su nave espacial, flotando por el espacio exterior. Desde hacía varios días se sentía muy triste y aburrido, ya que no había mucho que hacer en la nave.

Solo tenía algunas tareas de mantenimiento y limpieza, pero nada emocionante. Un día, mientras revisaba los instrumentos de navegación, Astronauta triste vio algo extraño en la pantalla. Había un objeto desconocido acercándose a gran velocidad hacia su nave.

Preocupado, intentó comunicarse con la base terrestre para pedir ayuda, pero la señal estaba interferida. De repente, el objeto se detuvo frente a su nave y una luz brillante lo envolvió todo. Astronauta triste cerró los ojos con fuerza, esperando lo peor.

Cuando volvió a abrirlos, se encontró rodeado por seres extraterrestres muy simpáticos y amigables. Eran pequeñas criaturas verdes con grandes ojos negros y sonrisas enormes en sus caritas redondas. "¡Hola! Somos los amigos del espacio", dijo uno de ellos con voz aguda.

Astronauta triste no podía creer lo que veía. Nunca había visto seres tan extraños y adorables al mismo tiempo. "¿Quiénes son ustedes? ¿Qué quieren?", preguntó Astronauta triste con cierta desconfianza.

"Venimos desde muy lejos para conocerte mejor", respondió otro extraterrestre saltarín. "Hemos visto que estás muy triste aquí arriba en tu nave solitaria". Astronauta triste suspiró profundamente. "Sí... la verdad es que me siento muy solo y aburrido.

No hay mucho que hacer aquí arriba". Los extraterrestres se miraron entre ellos y luego comenzaron a moverse alrededor de Astronauta triste, como si estuvieran bailando una danza extraña.

"¡No te preocupes! Nosotros podemos enseñarte a ser feliz con las pocas cosas que hay en el espacio", dijo uno de ellos. "Mira a tu alrededor, hay tantas cosas interesantes para descubrir". Astronauta triste se sintió un poco confundido, pero decidió darle una oportunidad a los extraterrestres.

Comenzó a explorar su nave con más atención y pronto descubrió cosas increíbles que nunca había visto antes: pequeñas plantas creciendo en un rincón oscuro, cristales brillantes formados por la energía solar y hasta un ratón espacial correteando por ahí. "¡Es maravilloso!", exclamó Astronauta triste.

"Nunca me había dado cuenta de todas estas cosas". Los extraterrestres sonrieron triunfantes. "Ves, todo lo que necesitas es cambiar tu perspectiva. El universo está lleno de sorpresas y aventuras por descubrir".

A partir de ese día, Astronauta triste comenzó a ver el espacio con otros ojos. Descubrió nuevas formas de entretenimiento como dibujar en la pared con láser o crear esculturas con piezas de metal reciclado. Incluso aprendió algunas palabras en el idioma alienígena.

Cuando llegó el momento de despedirse, Astronauta triste se sintió muy emocionado por todo lo que había aprendido de sus nuevos amigos del espacio. Les agradeció por haberle enseñado a ser feliz con las pocas cosas que había en su nave.

"¡Hasta pronto, amigo! Esperamos volver a verte pronto", dijeron los extraterrestres mientras desaparecían en la luz brillante. Astronauta triste se quedó solo otra vez, pero esta vez no se sentía tan triste como antes.

Sabía que siempre habría nuevas aventuras y sorpresas esperándolo en el espacio exterior.

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