La Feria de la Diversidad


Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Arcoiris, donde vivían niños y niñas de todas partes del mundo. En esa aldea mágica, la tolerancia y el respeto eran los valores más importantes.

En la Escuela Primaria Arcoiris, había un grupo de amigos muy especial: Lucas, Mateo, Sofía y Valentina. Cada uno de ellos tenía diferentes habilidades y personalidades únicas. Un día soleado, mientras jugaban en el patio de la escuela, apareció un nuevo estudiante llamado Diego.

Tenía cabello negro rizado y ojos brillantes como el sol. Pero lo más interesante era que Diego venía de otro país y hablaba con acento extranjero. Lucas fue el primero en acercarse a Diego.

"Hola" , dijo Lucas con curiosidad. "¿De dónde vienes?"Diego sonrió tímidamente y respondió: "Soy de México". Los demás amigos se acercaron para conocer a Diego también.

Todos tenían muchas preguntas sobre su país natal: cómo se veía, qué comían allí y cuáles eran sus tradiciones. A medida que pasaban los días, los cuatro amigos comenzaron a notar que algunos estudiantes no parecían entender bien a Diego debido a su acento diferente.

Esto les preocupaba porque sabían lo importante que era aceptar las diferencias entre ellos. Decidieron hablar con su maestra María sobre la situación. Ella escuchó atentamente sus preocupaciones y les dio una idea maravillosa para ayudar al resto de los estudiantes a comprender mejor a Diego.

La maestra María propuso organizar una feria multicultural en la escuela donde cada estudiante tendría la oportunidad de compartir su cultura y tradiciones. Todos estuvieron de acuerdo y comenzaron a prepararse emocionados.

El día de la feria llegó, y el patio de la escuela se convirtió en un lugar lleno de colores, sabores y sonidos de diferentes países.

Lucas presentó una danza típica argentina llamada "el tango", Mateo mostró cómo hacer origami japonés, Sofía compartió los secretos del flamenco español y Valentina enseñó a todos a jugar al fútbol como lo hacen en Brasil. Finalmente, fue el turno de Diego.

Con orgullo, llevó a todos a un viaje virtual por México: les enseñó palabras en español, les mostró fotos hermosas de las pirámides mayas e incluso les permitió probar algunos dulces mexicanos deliciosos. Al final del día, todos los estudiantes se dieron cuenta de lo valioso que era aprender sobre diferentes culturas y respetar las diferencias entre ellos.

A partir de ese momento, Villa Arcoiris se convirtió en un lugar aún más especial donde la tolerancia reinaba para siempre. Y así termina nuestra historia infantil sobre la tolerancia y el respeto hacia las diferencias.

Recuerda siempre valorar y aceptar a los demás tal como son porque eso es lo que hace que nuestro mundo sea un lugar maravilloso para vivir.

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