La feria de la resistencia
Había una vez en el barrio de La Cascabelita, un grupo de amigos muy unidos: Juancito, Martina, Pedrito y Sofi. Ellos vivían en casitas coloridas y jugaban juntos en la plaza todos los días.
Un día, llegaron al barrio unos señores con trajes elegantes y maletines. Eran los nuevos dueños de muchas casas del barrio y tenían planes de construir edificios modernos y caros en lugar de las casitas antiguas.
"¿Qué está pasando? ¿Por qué quieren cambiar nuestro querido barrio?", se preguntaban los amigos preocupados. Pronto comenzaron a ver cómo sus vecinos tenían que irse porque ya no podían pagar el alquiler de las nuevas casas.
La tiendita de Doña Rosa cerró sus puertas, el kiosco de Don Carlos desapareció y hasta la heladería de Don Manuel tuvo que cerrar. "¡Esto es terrible! ¡Nuestro barrio está cambiando mucho!", exclamó Martina con tristeza. Los amigos decidieron que debían hacer algo para salvar su hogar.
Se les ocurrió organizar una gran feria en la plaza para mostrarle a todos lo especial que era La Cascabelita y así evitar que más gente fuera expulsada del barrio.
Con mucha creatividad e ingenio, prepararon juegos tradicionales, vendieron comidas típicas, expusieron artesanías hechas por ellos mismos y hasta montaron una obra de teatro contando la historia del barrio. Todos los vecinos se unieron a la feria y fue un éxito total.
Los nuevos dueños vieron lo feliz y unida que estaba la comunidad de La Cascabelita. Se dieron cuenta de su error al querer cambiarlo todo y decidieron detener sus planes de construcción. "¡Lo logramos! ¡Salvamos nuestro hogar!", gritaron los amigos emocionados mientras se abrazaban.
Desde ese día, el barrio volvió a ser como antes: lleno de vida, colores y risas. Los amigos aprendieron que cuando se unen con amor y solidaridad, pueden enfrentar cualquier problema juntos.
Y así, La Cascabelita siguió siendo el lugar donde siempre quisieron estar.
FIN.