La feria de la salud en Wiyari



Había una vez en un hermoso pueblo indígena llamado —"Wiyari" , rodeado de montañas y ríos cristalinos, donde vivían los niños más alegres y curiosos.

En aquel lugar, la salud era muy importante, pero últimamente habían surgido problemas con las enfermedades respiratorias. En el centro del pueblo se encontraba el Centro de Salud "Añañuca", donde trabajaban la doctora Micaela y la enfermera Camila. Ambas eran muy amables y siempre estaban dispuestas a ayudar a los habitantes de Wiyari.

Un día soleado, cuando el viento soplaba suavemente entre los árboles, llegó una noticia al pueblo: las enfermedades respiratorias estaban afectando cada vez más a los niños y niñas de Wiyari.

La doctora Micaela decidió tomar cartas en el asunto y organizar una jornada especial para atender a todos los pequeños que lo necesitaran. Los padres y madres llevaron rápidamente a sus hijos al Centro de Salud "Añañuca".

Allí fueron recibidos por la doctora Micaela, quien les explicó cómo prevenir estas enfermedades lavándose siempre las manos antes de comer y después de jugar afuera. También les enseñó sobre la importancia de abrigarse bien durante los días fríos para evitar resfriados.

Mientras tanto, en un rincón del centro de salud se encontraba Mateo, un niño inquieto que tenía muchas ganas de aprender sobre cómo cuidar su salud.

Se acercó tímidamente a la enfermera Camila y le preguntó:"¿Por qué me enfermo tanto de la garganta, Camila?"La enfermera Camila le sonrió y le contestó:"Hola, Mateo. Las enfermedades respiratorias pueden afectar a cualquiera, pero hay formas de prevenirlas.

Es importante que te laves las manos con agua y jabón antes de comer para evitar que los gérmenes entren en tu cuerpo. También debes abrigarte bien cuando hace frío para no enfriar tus pulmones". Mateo escuchaba atentamente mientras asentía con la cabeza. "¡Entendido!", exclamó el niño emocionado.

La jornada continuó con charlas educativas sobre las enfermedades respiratorias y cómo cuidarse. Los niños aprendieron a taparse la boca al toser o estornudar y a usar pañuelos descartables para evitar contagiar a los demás.

Pasaron los días y poco a poco, gracias a los cuidados y recomendaciones de la doctora Micaela y la enfermera Camila, los niños comenzaron a recuperarse. La alegría volvió al pueblo indígena de Wiyari.

Un mes después de aquella jornada especial, se realizó una feria en el centro del pueblo donde todos celebraban su buena salud. Había juegos tradicionales, música y comida típica. Los niños bailaban felices al ritmo del tambor mientras reían sin parar.

En medio de tanta diversión, Mateo corrió hacia la doctora Micaela y le dio un fuerte abrazo. "¡Gracias por enseñarme cómo cuidarme!", dijo emocionado el niño. La doctora Micaela sonrió tiernamente mientras acariciaba su cabello. "De nada, Mateo.

Recuerda siempre cuidar de tu salud y así podrás disfrutar de momentos como este por mucho tiempo más". Y así, en el pueblo indígena de Wiyari, los niños aprendieron la importancia de cuidar su salud respiratoria y vivieron felices y sanos gracias a las enseñanzas de la doctora Micaela y la enfermera Camila.

Desde aquel día, se convirtieron en grandes aliados para mantener a todos los pequeños del pueblo lejos de las enfermedades respiratorias. Fin.

FIN.

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