La feria de los colores
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Arcoiris, donde todos los habitantes eran de colores diferentes. Había los amarillos, los rojos, los verdes, los azules y los morados.
Cada color tenía su propia casita y su propia escuela, pero a pesar de vivir en un lugar tan colorido, algunos habitantes no se llevaban muy bien. Los amarillos no querían jugar con los azules, los rojos evitaban a los verdes y los morados se sentían superiores al resto.
Esta actitud de discriminación había creado un ambiente tenso en el pueblo, hasta que un día, la alcaldesa mariposa Luna convocó a todos los habitantes a una reunión en la plaza principal.
- Queridos habitantes de Arcoiris, estoy muy triste de ver cómo nos tratamos unos a otros. Todos somos diferentes, pero eso no debería separarnos, sino unirnos.
Por eso, he decidido organizar la feria de los colores, donde cada uno de ustedes demostrará lo maravilloso que es su color y aprenderá a conocer y respetar a los demás. Los habitantes se mostraron escépticos al principio, pero la alcaldesa Luna les prometió que sería una experiencia inolvidable.
La feria de los colores se llevó a cabo el sábado siguiente, y cada color preparó actividades y presentaciones para mostrar lo mejor de su tonalidad.
Los amarillos enseñaron cómo hacer hermosas teñidas con flores amarillas, los rojos organizaron un concurso de baile flamenco, los azules hicieron una exposición de sus aguas cristalinas, los verdes montaron un mercado de frutas y verduras frescas, y los morados presentaron un espectáculo de magia y misterio. Los habitantes del pueblo se divirtieron, aprendieron y finalmente entendieron que, aunque fueran diferentes, podían convivir en armonía.
Al día siguiente, Arcoiris amaneció más colorido que nunca, con sus habitantes jugando y riendo juntos. La feria de los colores había demostrado que la discriminación no tenía cabida en un lugar donde todos eran valiosos y especiales a su manera.
FIN.