La Feria de los Libros Mágicos



Había una vez en el Jardín de los Sueños, un lugar lleno de alegría y aprendizaje. Los niños del jardín eran curiosos y siempre estaban ansiosos por aprender cosas nuevas.

Pero había un pequeño problema: muchos de ellos aún no sabían leer. La maestra, la señorita Laura, decidió que era hora de hacer algo al respecto.

Convocó a una reunión con los padres y les propuso un proyecto emocionante: organizar una feria del libro en el jardín donde todos pudieran compartir cuentos divertidos y aprender a leer juntos. Los padres se entusiasmaron con la idea y comenzaron a colaborar con entusiasmo. Cada uno se ofreció para escribir e ilustrar un cuento inspirador para sus hijos.

La señora Marta, una madre talentosa en el arte de contar historias, sería la encargada de narrarlos durante la feria. Llegó el día de la gran feria del libro y todo estaba listo.

El jardín estaba decorado con colores brillantes y gigantescas letras que invitaban a todos a sumergirse en el mundo mágico de la lectura. Los niños llegaron junto con sus padres, hermanos mayores y abuelitos emocionados por lo que les esperaba.

En cada rincón del jardín había un espacio dedicado a diferentes cuentos: uno sobre animales salvajes, otro sobre princesas valientes y hasta uno sobre extraterrestres aventureros. El primer cuento fue "El león travieso" escrito por Lucas, papá de Mateo.

Todos se sentaron alrededor mientras Lucas contaba las locuras que el león protagonizaba en la selva. Los niños reían y se maravillaban con cada palabra. Luego, llegó el turno de "La princesa valiente" escrito por Sofía, mamá de Camila.

Todos se quedaron boquiabiertos al escuchar cómo una princesa luchaba contra un dragón feroz para salvar a su reino. Los niños aplaudieron emocionados.

Cuando ya parecía que todo había terminado, la señora Marta tomó el micrófono y anunció: "¡Tenemos una sorpresa especial! Nuestros amigos del circo han preparado una obra de teatro basada en un cuento muy especial". Los niños miraron asombrados mientras los payasos, malabaristas y trapecistas aparecían en el centro del jardín.

El cuento era sobre un niño llamado Tomás que soñaba con ser acróbata. A través de risas y acrobacias increíbles, los artistas transmitieron un mensaje poderoso: nunca debes dejar de perseguir tus sueños. La feria del libro fue todo un éxito.

Los niños descubrieron el placer de leer junto a sus familias y aprendieron que la lectura puede ser divertida y emocionante. Desde ese día, todos los días había tiempo dedicado a la lectura en el jardín.

Y así, gracias al esfuerzo conjunto de padres, comunidad y maestra, aquel hermoso jardín se convirtió en un lugar donde cada niño podía volar entre las páginas de un libro y descubrir mundos llenos de imaginación y conocimiento. Fin

FIN.

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