La feria de los sueños



Los abuelos, don Carlos y doña Marta, estaban muy emocionados porque iban a llevar a sus dos nietas, Sofía y Valentina, a la feria del libro. Era un día soleado y perfecto para disfrutar de un paseo en familia.

Al llegar a la feria, las niñas se maravillaron al ver tantos libros y colores por todas partes. Había stands con cuentos de hadas, libros de aventuras y hasta una sección dedicada a los animales.

- ¡Abuelito! ¡Mira este libro sobre dinosaurios! - exclamó Sofía señalando uno que le llamaba especialmente la atención. - ¡Qué interesante! - respondió don Carlos. - ¿Te gustaría aprender más sobre ellos? Sofía asintió emocionada mientras Valentina exploraba otros libros cercanos.

Los abuelos decidieron comprar el libro de dinosaurios para regalárselo después. Mientras caminaban por los pasillos llenos de stands, encontraron un escenario donde estaba por comenzar una función de títeres. Las niñas no podían creer su suerte.

- ¡Vamos a ver los títeres, abuela! - dijo Valentina saltando de alegría. Todos se sentaron en primera fila y disfrutaron del espectáculo lleno de risas y canciones.

Al terminar la función, los abuelos les compraron unas marionetas para que las niñas pudieran jugar en casa recordando aquel momento especial. Después del show de títeres, continuaron explorando la feria cuando vieron un puesto con juegos educativos. Había rompecabezas desafiantes y juegos interactivos para aprender matemáticas y ciencias.

- ¿Les gustaría jugar un rato, chicas? - preguntó doña Marta. Sofía y Valentina asintieron emocionadas. Jugaron con entusiasmo, resolviendo acertijos y descubriendo nuevas cosas. Los abuelos se sorprendieron de lo rápido que aprendían mientras se divertían.

De repente, Sofía vio un libro sobre astronautas y su sueño de ser una exploradora del espacio volvió a despertar. - ¡Abuelita! ¡Mira este libro! - exclamó Sofía señalando el título con una sonrisa radiante en su rostro.

Doña Marta miró el libro y supo que era el momento perfecto para hablar sobre los sueños y las metas en la vida. - Sofía, siempre es importante soñar en grande. Si realmente quieres ser una astronauta, debes trabajar duro para lograrlo.

Nunca te rindas y sigue aprendiendo todo lo que puedas sobre el espacio. Sueña alto y llegará el día en que tus sueños se hagan realidad.

Sofía asintió emocionada, sabiendo que tenía a sus abuelos apoyándola en cada paso del camino hacia su sueño espacial. Al finalizar la feria del libro, los abuelos llevaron a sus nietas a comer helado como premio por haberse portado tan bien durante todo el día.

Mientras disfrutaban de sus helados, hablaron sobre todas las cosas interesantes que habían visto y aprendido en la feria. Esa noche, antes de dormir, Sofía le dio un fuerte abrazo a sus abuelos y les dijo:- Abuelitos, gracias por llevarnos a la feria del libro.

Hoy fue un día maravilloso y aprendí que los sueños pueden hacerse realidad si trabajamos duro por ellos.

Los abuelos sonrieron y le dieron un beso de buenas noches a Sofía, sabiendo que habían dejado una semilla de inspiración en el corazón de sus nietas.

FIN.

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