La Feria de los Sueños



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Estudiante, donde vivían muchos niños y niñas muy curiosos y ansiosos por aprender.

En ese lugar, existía una escuela muy especial llamada "Escuela de los Sueños", donde los profesores siempre estaban dispuestos a motivar a sus alumnos para que continuaran con sus estudios. Un día soleado, la maestra Susana llegó al salón de clases con una gran sonrisa en su rostro.

Ella sabía lo importante que era para sus estudiantes mantenerse enfocados en sus metas y sueños. Pero había un problema: algunos niños estaban perdiendo el interés y comenzaban a desanimarse. La maestra Susana decidió organizar una actividad especial para motivarlos.

Les pidió a todos los alumnos que escribieran en un papel cuál era su mayor sueño y qué necesitaban hacer para alcanzarlo. Los niños se emocionaron mucho con la actividad y comenzaron a compartir sus sueños con entusiasmo:"-Mi sueño es convertirme en astronauta.

Para lograrlo, necesito estudiar mucho sobre el espacio y las matemáticas", dijo Lucas, un niño muy inteligente. "-Yo quiero ser veterinaria porque amo a los animales.

Para lograrlo, tengo que leer libros sobre ellos e investigar cómo cuidarlos", expresó Sofía, una niña amante de los animales. Uno tras otro, cada estudiante compartió su sueño y las acciones que debían tomar para alcanzarlo. La maestra Susana estaba maravillada por el compromiso y la determinación de sus alumnos.

Pero justo cuando pensaba que todo iba perfectamente bien, recibió una noticia que la preocupó: el director de la escuela había decidido cerrarla debido a problemas económicos.

La maestra Susana sabía que esto sería un golpe duro para sus estudiantes, quienes estaban tan emocionados con sus sueños. Decidida a no rendirse, la maestra Susana convocó a todos los padres y vecinos del pueblo para una reunión urgente.

Les contó sobre el cierre de la escuela y les pidió su apoyo para encontrar una solución. Los padres, al enterarse de lo ocurrido, se mostraron consternados. Sabían lo importante que era esa escuela para sus hijos y no podían permitir que cerrara.

Fue entonces cuando Juan, un padre muy creativo, tuvo una brillante idea: organizaron una feria solidaria en el centro del pueblo para recaudar fondos y así mantener abierta la "Escuela de los Sueños". Todos los habitantes del pueblo se sumaron a la causa.

Los estudiantes hicieron carteles coloridos invitando a todos a participar en la feria. Los profesores ofrecieron talleres gratuitos sobre diferentes temas interesantes como ciencia, arte y música. El día de la feria llegó y el pueblo entero estaba lleno de alegría y entusiasmo.

Había puestos de comida deliciosa, juegos divertidos e incluso artistas locales presentando espectáculos en vivo. La gente compraba boletos para participar en las actividades y donaba generosamente para ayudar a mantener abierta la escuela. El ambiente era increíblemente positivo y motivador.

Al final del día, cuando se contaron todas las donaciones recolectadas durante la feria solidaria, se dieron cuenta de que habían recaudado lo suficiente para mantener abierta la "Escuela de los Sueños" durante todo el año.

Los estudiantes y profesores celebraron con una gran fiesta en el patio de la escuela. La maestra Susana estaba emocionada por ver cómo sus alumnos nunca perdieron la motivación a pesar de los obstáculos que enfrentaron.

Esa noche, cada alumno recibió un diploma especial por su dedicación y compromiso. Fue un momento muy emotivo que recordarían toda su vida. Desde ese día, la "Escuela de los Sueños" se convirtió en un ejemplo para todas las demás escuelas del país.

Los niños y niñas de Villa Estudiante siguieron adelante con sus estudios, siempre motivados por alcanzar sus sueños.

Y así, gracias al esfuerzo conjunto de estudiantes, profesores y toda la comunidad, Villa Estudiante se convirtió en un lugar donde los sueños no solo eran posibles, sino también alcanzables si uno se mantenía enfocado y nunca dejaba de aprender.

FIN.

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