La feria navideña de Villa Navidad



Había una vez un grupo de niños en un pequeño pueblo llamado Villa Navidad. Estos niños eran muy creativos y les encantaba hacer manualidades, especialmente durante la época navideña.

Todos los años, el pueblo organizaba una feria navideña donde los habitantes mostraban sus habilidades y vendían sus creaciones. Los niños del grupo estaban emocionados por participar en la feria y mostrar sus manualidades al resto del pueblo.

El grupo estaba compuesto por cinco amigos: Martina, Lucas, Sofía, Tomás y Valentina.

Cada uno tenía su especialidad en las manualidades: Martina era experta en hacer tarjetas de Navidad, Lucas era un genio con el papel maché, Sofía sabía tejer adornos navideños, Tomás se especializaba en hacer velas decorativas y Valentina era excelente con el origami. Un día antes de la feria navideña, los amigos se reunieron en el taller de manualidades de Martina para terminar de preparar sus creaciones.

Estaban tan concentrados que no notaron que afuera había comenzado a nevar fuertemente. Al darse cuenta del clima adverso, decidieron ponerse abrigos y salir a jugar un poco antes de continuar con su trabajo.

Jugaron haciendo muñecos de nieve y tuvieron una guerra divertida lanzando bolas de nieve entre ellos. Después de un rato jugando bajo la nieve, regresaron al taller para terminar lo que habían empezado.

Pero cuando llegaron allí vieron algo desastroso; la ventana estaba rota y todas sus manualidades estaban tiradas por el piso ¡un ladrón había entrado! Los niños estaban muy tristes y desanimados. Habían dedicado tanto tiempo y esfuerzo a sus creaciones, y ahora todo estaba arruinado.

Pero en lugar de rendirse, decidieron unir fuerzas y trabajar juntos para solucionar el problema. "No podemos dejar que esto nos detenga", dijo Martina con determinación. "Vamos a hacer nuevas manualidades antes de la feria". Los niños se pusieron manos a la obra.

Tomaron materiales nuevos y comenzaron a crear con más entusiasmo que nunca. Lucas hizo un nuevo muñeco de papel maché, Sofía tejió una bufanda navideña, Valentina hizo origamis en forma de estrellas, Martina diseñó tarjetas aún más hermosas y Tomás hizo velas coloridas.

Cuando llegó el día de la feria navideña, los amigos montaron su puesto con todas sus nuevas creaciones. Aunque no habían podido recuperar las manualidades robadas, estaban orgullosos del trabajo que habían hecho juntos.

El pueblo quedó impresionado por las habilidades creativas de los niños y todos querían comprar sus adornos navideños hechos a mano. El dinero recaudado fue donado para ayudar a familias necesitadas del pueblo.

Los amigos se dieron cuenta de que aunque habían pasado por un momento difícil, habían aprendido una valiosa lección: trabajar en equipo puede superar cualquier obstáculo. Al final del día, los niños regresaron a casa felices y satisfechos por haber convertido una situación negativa en algo positivo.

Y así fue como el grupo de niños que hacía manualidades navideñas demostró al pueblo entero que la creatividad y el trabajo en equipo son la clave para superar cualquier desafío.

FIN.

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