La Fiesta de Arturo Selva Bueno



Había una vez en la selva de Argentina, un dinosaurio llamado Arturo que era muy especial. A diferencia de los demás dinosaurios, Arturo siempre se preocupaba por cuidar a los más pequeños y ayudar a los animales heridos.

Todos en la selva lo conocían como "Arturo Selva Bueno". Un día, mientras caminaba por la selva, Arturo escuchó un llanto proveniente de un rincón escondido.

Se acercó con cuidado y descubrió a un pajarito que se había caído del nido. Sin dudarlo, Arturo lo recogió con suavidad y lo llevó de vuelta a su hogar. El pajarito, muy agradecido, le dijo: "-¡Gracias, Arturo! Eres el dinosaurio más amable de toda la selva.

" Arturo sonrió y siguió su camino. Pero justo cuando pensaba que todo estaba tranquilo, escuchó gritos de ayuda provenientes del río. Se asomó y vio a una cría de cocodrilo atrapada entre las ramas.

Sin pensarlo dos veces, se zambulló en el agua y rescató al pequeño cocodrilo. La mamá cocodrilo, al ver que Arturo salvaba a su cría, se acercó emocionada y le dijo: "-¡Gracias por salvar a mi hijo! Eres un verdadero héroe.

"Arturo sonrió tímidamente y continuó su camino por la selva. Mientras tanto, otros animales observaban en secreto sus buenas acciones y decidieron hacerle una sorpresa. Organizaron una fiesta sorpresa para celebrar la bondad de Arturo Selva Bueno.

Cuando llegaron al claro donde se celebraba la fiesta sorpresa, todos los animales aplaudieron emocionados y le entregaron regalos hechos con cariño. La jirafa le regaló una corona de hojas, el mono le regaló una pulsera hecha con lianas y el tucán le dedicó una canción.

Arturo no podía creer tanta muestra de cariño y amistad. Con lágrimas en los ojos les dijo: "-¡Muchas gracias a todos! No saben cuánto significa para mí este gesto tan hermoso.

"Desde ese día en adelante, Arturo Selva Bueno siguió siendo el protector de todos los animales de la selva argentina. Su bondad inspiraba a todos a ser mejores unos con otros y juntos lograban que la selva fuera un lugar más feliz y armonioso para vivir.

Y colorín colorado este cuento infantil lleno de amor y solidaridad ha terminado. ¡Que vivan siempre las buenas acciones como las del gran dinosaurio Arturo Selva Bueno!

FIN.

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