La fiesta de cumpleaños



La jirafa pituta y el elefante Thompson eran mejores amigos. Siempre andaban juntos, jugando y explorando su hogar en la sabana africana.

Un día, mientras paseaban por el bosque, se encontraron con un grupo de animales que estaban preparándose para una gran fiesta. Era el cumpleaños de mamá leona y todos estaban emocionados por celebrarlo. "¿Qué están haciendo?", preguntó la jirafa a uno de los animales. "Estamos organizando una fiesta para mamá leona", respondió el mono.

"¡Qué divertido! ¿Podemos ir también?", preguntó emocionado el elefante. "Por supuesto que sí", dijo amablemente la cebra. La jirafa y el elefante se pusieron muy contentos al saber que podrían asistir a la fiesta.

Decidieron ayudar en todo lo posible para hacerla aún más especial para mamá leona. La jirafa ofreció su largo cuello para colgar las luces decorativas en los árboles altos, mientras que el elefante usaba su trompa grande para inflar globos coloridos.

Cuando llegó la hora de cortar la torta, todos los animales se reunieron alrededor de mamá leona y comenzaron a cantarle feliz cumpleaños. Pero justo cuando iban a cortar la torta, un viento fuerte sopló las velas apagándolas todas.

"Oh no", dijo triste mamá leona. "No puedo pedirles que vuelvan a encenderlas otra vez". "Pero podemos intentarlo", dijo decidida la jirafa pituta. Entonces, la jirafa se acercó a las velas y comenzó a soplar con todas sus fuerzas.

Pero nada sucedía. El elefante Thompson se unió a ella y, juntos, comenzaron a soplar aún más fuerte. De repente, una chispa brillante voló de la trompa del elefante y encendió una de las velas en llamas otra vez.

Todos los animales aplaudieron emocionados mientras mamá leona soplaba el resto de las velas. "¡Gracias por hacer que mi día sea aún más especial!", dijo mamá leona abrazando a la jirafa y al elefante.

La fiesta continuó hasta tarde en la noche, con música, bailes y juegos divertidos. La jirafa pituta y el elefante Thompson se sintieron muy felices de haber sido parte de algo tan especial para su amiga mamá leona.

Mientras caminaban hacia casa esa noche, la jirafa dijo: "Hoy aprendimos que cuando trabajamos juntos podemos lograr cosas maravillosas". "Sí", respondió el elefante. "Y también aprendimos que nunca debemos rendirnos ante los obstáculos".

Con una sonrisa en sus rostros, los dos amigos siguieron caminando bajo las estrellas brillantes sabiendo que habían hecho algo bueno ese día.

FIN.

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