La fiesta de cumpleaños bajo la lluvia


La jirafita se llamaba Lila, y era conocida por su amabilidad y alegría. Su mamá, doña Margarita, había preparado todo con mucho cariño para la fiesta de cumpleaños de su hija.

Había globos de colores, una gran torta decorada con flores silvestres y música alegre que sonaba en el campo. Lila estaba emocionada de recibir a sus amigos en su fiesta.

Pronto empezaron a llegar los invitados: Pedro el elefante con un enorme paquete envuelto en papel brillante, Martina la cebra con un ramo de flores silvestres, Lucas el león con una pelota para jugar y Paula la jirafa con un collar hecho a mano.

"¡Feliz cumpleaños, Lila!", exclamaron todos al unísono cuando vieron a la cumpleañera. Lila sonreía radiante mientras recibía los regalos y abrazaba a cada uno de sus amigos. La fiesta estaba en su apogeo cuando algo inesperado ocurrió: las nubes comenzaron a oscurecerse y el viento soplaba fuerte.

"¡Oh no! ¿Qué haremos si llueve?", preguntó preocupada Martina. "Tranquilas amigas, tengo una idea", dijo Lila con determinación. La jirafita alta miró hacia el cielo y notó que más allá del campo había una cueva grande donde podrían resguardarse.

Sin dudarlo un segundo, reunió a sus amigos y los llevó corriendo hacia la cueva antes de que empezara a llover. Una vez dentro, encendieron unas velas que iluminaban débilmente el lugar.

A pesar de estar todos juntos y seguros, algunos empezaron a sentir miedo por estar en un lugar desconocido y oscuro. Fue entonces cuando Lila tomó la palabra:"Amigos queridos, sé que estamos en una situación diferente e inesperada, pero no debemos tener miedo.

Juntos somos fuertes y podemos enfrentar cualquier desafío que se nos presente". Sus palabras resonaron en la cueva mientras las velas parecían brillar más intensamente. Poco a poco, el miedo dio paso a la esperanza y la confianza entre los amigos animales.

De repente, un ruido proveniente del exterior llamó su atención. Era doña Margarita junto con otros animales del campo llevando mantas y comida para compartir con ellos.

La madre de Lila había organizado un plan de rescate ante cualquier emergencia. Finalmente cesó la lluvia y salieron todos juntos de la cueva para disfrutar del arcoíris que se formaba en el cielo después de la tormenta.

La fiesta continuó al aire libre con juegos divertidos e historias compartidas bajo el sol brillante. Esa tarde quedó marcada en los corazones de Lila y sus amigos como una muestra de solidaridad, valentía y amistad inquebrantable. Descubrieron que juntos podían superar cualquier obstáculo por grande que fuera si permanecían unidos.

Y así terminó la hermosa celebración del cumpleaños de Lila: entre risas, abrazos afectuosos y recuerdos imborrables grabados en sus mentes para siempre jamás.

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