La Fiesta de Cumpleaños de Mar
Era un soleado día de primavera en el barrio de Marisol, más conocida como Mar. Mar estaba muy emocionada porque se acercaba su cumpleaños y le había prometido a todos sus amigos una fiesta espectacular. Tomó un cuaderno y comenzó a escribir su invitación:
"¡Hola, amigos!
Este sábado celebro mi cumpleaños en mi casa. Habrá juegos, torta y muchas sorpresas. ¡No falten! Jardín de Mar 123, a las 3 PM.
Con amor, Mar"
Mar corrió a entregar las invitaciones a sus amigos. Primero fue a la casa de Tobi, su mejor amigo.
-Tobi, ¡te tengo una invitación especial para mi cumpleaños! -dijo Mar, entregándole el papel.
-¡Qué emocionante, Mar! -respondió Tobi, con una sonrisa-. ¡No puedo esperar para la fiesta! Tengo una idea para un juego que les va a encantar.
-¡Me encanta! -exclamó Mar, alta en energía-. Después voy a ir a invitar a Sole y a Lucho.
Así, Mar continuó con sus entregas. Sin embargo, al llegar a la casa de Sole, notó que su puerta estaba cerrada y no había respuesta. Se preocupó un poco, pero decidió dejar la invitación en el buzón con un mensaje.
-Espero que todo esté bien, Sole -pensó Mar mientras se alejaba.
Ese mismo día, Mar decidió que quería hacer algo especial por Sole. La conocía bien y sabía que a veces estaba un poco triste porque no podía jugar con todos. Entonces, pensó en una idea:
-¡Voy a hacer una silla de ruedas decorada para que pueda jugar con nosotros en la fiesta! -exclamó Mar.
Se pasó el día recogiendo materiales con la ayuda de Tobi, quien también empezó a trabajar en la idea del juego que había mencionado. Juntos empezaron a llenar la silla con globos de colores y serpentinas.
Mientras tanto, Lucho también estaba entusiasmado, y para sorpresa de Mar, se le ocurrió una idea extraordinaria:
-¿Y si organizamos una búsqueda del tesoro? ¡Será una gran sorpresa para todos! -dijo Lucho.
-¡Eso sería genial! -respondió Mar, y juntos se pusieron a pensar en las pistas y los premios.
Finalmente, llegó el sábado. Mar y sus amigos trabajaron intensamente para preparar todo. La casa estaba llena de risas y música. La silla decorada para Sole ocupaba un lugar especial en el centro del jardín, brillando a la luz del sol.
Entonces, ocurrió un giro inesperado. Al llegar la hora, Sole no aparecía. Mar comenzó a preocuparse.
-¿Qué pasa si no puede venir? -preguntó Mar mientras miraba la silla decorada con entusiasmo pero sintiéndose un poco triste.
-¡No te preocupes, Mar! -dijo Tobi-. Podemos llevarle la fiesta a ella. ¡Sole se va a sentir muy feliz al ver cuánto la extrañamos!
A Mar le brillaron los ojos al escuchar eso.
-¡Tenés razón! ¡Vamos a buscarla! -dijo mientras armaban una mochila con un poquito de torta, algunos globos y un par de sorpresas.
Cuando llegaron a la casa de Sole, llamaron a la puerta. Al principio, Sole estaba un poco dudosa, pero al abrir la puerta y ver a sus amigos con sonrisas y regalos, su rostro se iluminó.
-¿¡Qué hacen acá! ? -preguntó Sole, confundida pero feliz.
-¡Venimos a llevarte a tu fiesta de cumpleaños! -respondió Mar, emocionada.
Cuando Sole supo que había una silla de ruedas decorada especialmente para ella, sus ojos se llenaron de lágrimas de alegría.
-¡Es la mejor sorpresa! -gritó Sole-. ¡Quiero ir y jugar con ustedes!
Y así, los cuatro amigos regresaron al jardín de Mar, donde la fiesta continuó con música, juegos y risas. La búsqueda del tesoro fue un éxito y la silla de ruedas se llenó de globos de colores.
Al final del día, Mar miró a sus amigos y sonrió.
-Gracias por hacer de este cumpleaños un día tan especial, a pesar de lo que pasó -dijo Mar, felizmente.
-¡Porque somos un gran equipo! -respondió Lucho -y siempre debemos cuidar a nuestros amigos.
Desde aquel día, Mar aprendió que lo más importante no es tener la fiesta más brillante, sino compartir momentos especiales con quienes amamos, y siempre estar allí para nuestros amigos cuando más nos necesitan.
Y así, Mar, Tobi, Sole y Lucho se hicieron más amigos que nunca, disfrutando de cada día como una nueva aventura.
FIN.