La Fiesta de Cumpleaños de Miki



Era un frío día de invierno en el bosque, y Bane, Lassi y Miki estaban muy emocionadas. Miki iba a cumplir años, y las dos hermanas querían que su fiesta fuera algo muy especial.

"¡Vamos a hacer la mejor fiesta de cumpleaños del mundo!" - dijo Bane, moviendo su colita con entusiasmo.

"Sí, pero primero tenemos que conseguir cosas ricas para la merienda" - agregó Lassi, pensando en todos los deliciosos bocados que podrían preparar.

Las tres hermana ardillitas se pusieron a trabajar. Juntaron nueces, semillas y frutas secas, y decidieron hacer un pastel de bellotas. Pero en medio de sus preparativos, se dieron cuenta de que necesitaban algo más especial para la fiesta. ¡El baile!"¿Cómo vamos a hacer una fiesta sin música?" - señaló Miki, un poquito triste.

"¡Podemos hacer instrumentos!" - exclamó Lassi, las ganas de hacer algo creativo iluminando su carita.

Así que las tres ardillitas fueron a buscar elementos en el bosque. Juntaron ramitas, hojas secas y hasta unos tronquitos que encontraban en el suelo. Con mucho esmero, Bane hizo un tambor con una tapa de nuez, Lassi creó una flauta de una caña, y Miki hizo un maraca con semillas.

"¡Esto va a ser increíble!" - dijeron todas juntas, ya imaginándose bailando al ritmo de su música.

Pero cuando estaba todo listo, se dieron cuenta de que no tenían un lugar donde hacer la fiesta.

"¿Y si hacemos nuestra fiesta cerca del árbol de la abuela?" - sugirió Bane, recordando el enorme roble que les contaba historias antiguas.

Las ardillitas se pusieron en marcha, llevando su comida, los instrumentos y sobre todo, mucha alegría. Pero mientras caminaban por el bosque, se encontraron con un problema. Un fuerte viento había derribado ramas y obstruido el camino.

"¿Ahora cómo vamos a pasar?" - se quejó Lassi, mirando las ramas caídas con desánimo.

"Podemos mover las ramas juntas," propuso Miki, llena de determinación, aunque sentía un poco de miedo.

Las tres ardillitas se unieron y desde diferentes ángulos empujaron con todas sus fuerzas. Después de un buen rato de esfuerzo y cooperación... ¡lograron despejar el camino!"¡Lo hicimos!" - gritaron emocionadas, mientras sus corazones latían con fuerza.

Finalmente llegaron al árbol de la abuela, donde colgaron luces hechas de hojas doradas y comenzaron a preparar la decoración. Invitaron a sus amigos del bosque: los pájaros cantores, los conejos saltarines y hasta la tortuga sabia. Todos estaban felices de celebrar con Miki.

Cuando llegó la tarde y el sol se escondía detrás de las montañas, comenzó la fiesta.

"¡Sorpresa!" - gritaron Bane y Lassi cuando Miki entró al claro.

"¡Wow, esto es maravilloso!" - exclama Miki, con los ojos brillando de alegría.

Las ardillitas tocaron su música, bailaron al son de los instrumentos hechos a mano y disfrutaron de la rica merienda.

Pero antes de que Miki soplara las velas del pastel, la tortuga sabia, que había venido con un regalo, comenzó a contar una historia.

"Hoy celebramos no solo un año más en la vida de Miki, sino también lo que significa trabajar juntas como un equipo, utilizando nuestra creatividad y viviendo momentos felices. Recuerden, en la vida siempre habrá obstáculos, pero si comparten sueños y ayudan unos a otros, ¡no hay nada que no puedan lograr!"

Las ardillitas se miraron emocionadas y se dieron abrazos, sabiendo que cada desafío vivido las hacía más fuertes.

Luego, Miki sopló las velitas, pidiendo un deseo. No solo deseaba un nuevo año de vida, sino seguir compartiendo aventuras junto a sus hermanas.

"¡Que cada cumpleaños sea así de especial!" - gritó Lassi, con alegría.

Y así, Bane, Lassi y Miki aprendieron que los momentos más felices son aquellos que se comparten con quienes amamos.

Al caer la noche, la fiesta concluyó pero las risas y la música seguían resonando en el bosque, llenando el invierno de calor y amistad.

FIN.

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