La fiesta de disfraces mágica



Margarita, Martina y Francesca eran tres amigas inseparables. Siempre estaban juntas, compartiendo risas y aventuras. Un día, Francesca tuvo una idea emocionante: organizar una fiesta de disfraces en su casa.

Las tres amigas estaban muy entusiasmadas con la idea y comenzaron a planificar todo. Decidieron que cada una elegiría un disfraz sorpresa para las demás, así tendrían una gran sorpresa al ver cómo se transformaban.

Llegó el día de la fiesta y Margarita fue la primera en llegar a la casa de Francesca. Estaba nerviosa por ver qué disfraz le había preparado su amiga. Cuando entró a la sala, se encontró con Martina vestida como un hermoso hada con alas brillantes y una varita mágica.

- ¡Wow! ¡Martina, te ves espectacular! - exclamó Margarita asombrada. - Gracias, Margarita. ¡Tú también te ves genial! - respondió Martina sonriendo.

Poco después llegó Francesca vestida como una valiente pirata con un parche en el ojo y un sombrero de capitán. - ¡Arghh! ¡Soy la capitana Francesscarrrr! - gritó Francesca mientras hacía gestos divertidos con su espada de juguete. Las tres amigas rieron a carcajadas admirando los disfraces que habían elegido para ellas.

La fiesta estaba llena de juegos divertidos y música animada. Todos los invitados bailaban y reían sin parar. En medio del bullicio de la fiesta, alguien llamó a la puerta. Era un hombre misterioso con una capa larga y oscura.

- ¡Hola! ¿Quién eres? - preguntó Francesca intrigada. El hombre misterioso se quitó la capa revelando ser el tío de Martina, un mago famoso llamado Óscar. - ¡Sorpresa! Soy Óscar, el mago.

Escuché sobre la fiesta de disfraces y decidí hacerles un show especial - dijo sonriendo. Las tres amigas estaban emocionadas por tener al tío de Martina como invitado sorpresa. Todos se reunieron en el salón mientras Óscar preparaba su espectáculo.

Óscar comenzó a realizar trucos de magia increíbles: hacía desaparecer monedas y objetos, levitaba cosas en el aire e incluso hizo aparecer palomas blancas voladoras. Los niños estaban fascinados y no podían creer lo que veían.

Después del espectáculo, Óscar se acercó a las tres amigas y les entregó una pequeña caja mágica a cada una. - Estas cajas contienen un poder especial. Cuando las necesiten, solo tienen que abrirlas y pedir su deseo más profundo.

Pero recuerden, los deseos deben ser buenos para todos - explicó Óscar con voz sabia. Margarita, Martina y Francesca aceptaron las cajas mágicas con asombro y gratitud. Prometieron cuidarlas y usar su poder sabiamente. A medida que pasaba el tiempo, las tres amigas seguían compartiendo aventuras juntas.

A veces abrían sus cajas mágicas y pedían deseos para ayudar a los demás. Ayudaron a una abuela a cruzar la calle, rescataron un gatito perdido y hasta organizaron una colecta de juguetes para los niños necesitados.

Las cajas mágicas les enseñaron el poder de la generosidad y el valor de hacer el bien. Margarita, Martina y Francesca aprendieron que no se necesita magia para hacer una diferencia en el mundo, solo se necesita amor y voluntad.

Y así, las tres amigas continuaron su camino juntas, compartiendo risas, aventuras y haciendo del mundo un lugar mejor con cada acto bondadoso que realizaban.

FIN.

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