La Fiesta de Gabriella



Era un hermoso día de primavera en el barrio de Gabriella. Con el sol brillando y las flores brillando, la pequeña de 7 años contaba los días para su cumpleaños número 8. Mientras tanto, su hermana menor, Fátima, que había cumplido 1 año hacía poco, no entendía mucho de lo que pasaba, pero estaba emocionada porque veía a su hermana tan feliz.

"- ¡Fátima!", dijo Gabriella mientras llenaba globos de colores. "Mañana será un día especial, ¡mi fiesta de cumpleaños!"

Fátima sonrió y aplaudió, aunque no sabía exactamente por qué. Gabriella, llena de energía, estaba en sus preparativos y no podía esperar a que llegaran todos sus amigos.

La mañana de la fiesta, su mamá les preparó un delicioso desayuno. "- ¡Mami, gracias! ¡Todo huele riquísimo!", exclamó Gabriella al ver los pancakes con forma de estrellas y las fresas cortadas en rodajas. Fátima, con sus manitas, intentaba alcanzar un pancito amenazando con lanzarlo al suelo.

"- ¡Cuidado, pequeña aventurera!", rió su mamá.

Después del desayuno, la casa se llenó de risas y gritos de alegría. Los amigos de Gabriella empezaron a llegar.

"- ¡Hola, Gabri!", saludó su mejor amiga, Lía, mientras entraba con un regalo envuelto en papel de colores.

"- ¡Hola, Lía! ¡Gracias por venir! ¡Hoy va a ser increíble!" Gabriella danzó por la sala, llena de energía.

Pronto, su madre reunió a todos para explicarles las actividades de la fiesta. "- Hoy tendremos competencias: una carrera de tres patas, un concurso de lanzamiento de globos y por último, el juego de la silla. ¡El ganador de cada competencia se llevará una sorpresa especial!"

Los niños vitorearon alegres, pero antes de que comenzara la diversión, Fátima empezó a llorar porque se había caído y se había lastimado un dedito. Todos los ojos se posaron sobre la pequeña.

"- ¡Ay, pobrecita!", dijo Lía, preocupada.

"- No te preocupes, Fátima. Ven, te mostraré algo divertido. Vamos a hacer una carrera cómica, ¡con vos como juez!", sugirió Gabriella.

Fátima, encantada, dejó de llorar y aplaudió al ver a su hermana y a sus amigos moverse de forma graciosa. Cada vez que alguno de ellos se caía o hacía una mueca divertida, ella soltaba una risa contagiosa que alegraba el ambiente.

"- ¡Eso es! ¡Ese es el espíritu de la fiesta, reír y jugar!", animó Gabriella, feliz de que su hermana se sintiera mejor.

Luego vino la carrera de tres patas, donde los niños se emparejaron. Unas risas estallaron cuando dos de ellos se enganchaban y caían juntos. La competencia era feroz, pero la diversión se llevó el premio mayor.

"- ¡Ganamos, Gabri!", exclamó Lía con alegría.

"- ¡Sí!" gritaron, mientras Fátima las aplaudía emocionada. Gabriella sintió una mezcla de felicidad y orgullo al ver a su hermana disfrutar de la fiesta.

Después de un par de juegos, llegó el momento del juego de la silla. Todos corrían y reían, pero Gabriella decidió que era hora de ayudar a su hermana.

"- Voy a darle mi silla a Fátima. Así podrá jugar también", pensó Gabriella. Ella se acercó a la pequeña y le dijo: "- Ven, Fátima, esta silla es tuya y yo me quedaré de pie. ¡Quiero que te diviertas tanto como los demás!"

Fátima no entendió del todo, pero se sintió muy feliz. Cuando se sentó, todos aplaudieron, y eso hizo que Gabriella sintiera que había tomado la decisión correcta.

La fiesta siguió con el pastel, y todos cantaron el feliz cumpleaños a Gabriella. Mientras soplaba las velas, Fátima hizo un gesto como si también se apagara las velitas, y todos rieron nuevamente.

"- ¡Qué hermosa fiesta! ¡Gracias a todos por hacerla tan especial!", exclamó Gabriella. "- Y gracias a vos, Fátima, por ser la mejor compañera de juegos que podría tener. ¡Cada día a tu lado es una aventura!"

La fiesta terminó con abrazos, risas y promesas de más aventuras por vivir. Así, la historia del cumpleaños de Gabriella se convirtió en un bello recuerdo, no solo de grandes juegos y concursos, sino de amor fraternal y alegría compartida.

Y al final, Fátima, aunque pequeña, se sintió parte de algo enorme, transformando una simple fiesta de cumpleaños en un verdadero festín de risas y felicidad.

FIN.

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